viernes, 26 de agosto de 2005

Give me a hug



Noche bonita la de ayer: ¡Tengo a mis chicos de vuelta!. Han vuelto cargados de experiencias, de amores, de música y de ¡regalos!. Creo que tengo el único búho de las Barbados, ya tiene su rincón de honor en mi habitación al igual que la preciosa lámina que compraron a una artista callejera; con la figura de una mujer negra, una pulsera muy caribeña y ¡Cómo no! Ron! el cual desapareció como por arte de magia durante la noche. Por unas horas, me trasladé allí con ellos, con Socca music, la bebida, los petas y ese baile de allá, tan particular y sensual que uno de ellos ha aprendido muy bien e intentaba explicarme mientras yo me escandalizaba de lo machista que era. Acabamos a las cinco de la mañana, con las luces apagadas, turnándonos para poner canciones mientras las disfrutábamos cada uno en un rincón de la habitación, cada uno pensando en lo suyo pero lo bastante cerca como para creer que por un momento nada había cambiado.

La verdad es que catalogo el día de ayer como muy humano porque fue mi primer día sola, sin mis peques y me encontraba desorientada aunque en calma. Tuve toda la tarde de médicos, al parecer mi cuerpo está más débil de lo que creía así que me he puesto manos a la obra, aún así tuve una bonita conversación con la cirujana, una persona que, aparte de no haber dejado de demostrarme su humanidad desde el día  que me operó,  admiro casi con idolatración por lo joven y capaz que es de salvar alguna que otra parte de tu cuerpo. Como siempre pasa, acabamos pasándonos algún título de libro para leer. Al despedirme, nos dimos un par de besos y un abrazo. Y ahí empezó la tarde, por los abrazos, por los pocos y sumamente importantes que he necesitado y que no me han dado. Por los que he pensado en dar y no me he atrevido. Por los que di en su momento y sorprendieron. Por los que busqué en los brazos erróneos y los que rechacé por orgullo. Es mi máxima expresión de cariño porque con ellos transmito mucho, si el otro lo percibe o no, no lo sé pero yo sí, de éso no me cabe duda.

Ahora sé que tengo que tener cuidado con ellos, me confunden y los recibo con ganas.


Motime - DIY
26 August 2005




viernes, 19 de agosto de 2005

Devoluciones



Me he pasado casi todo el día de hoy ordenando libros, ya hacía mucho tiempo que quería hacerlo, lo hice con la música, mi otra gran pasión, así que ésta estaba al caer. La idea de catalogarlos con unos de esos organizadores en la web ha sido muy fustrante, ya que muchas bases de datos no reconocían el título en español así que me he limitado a usar el aburrido Access y mucha paciencia.

En realidad he tardado el triple de lo necesario pero es que ha sido toda una aventura volver a ver según qué libros. Hay libros que he regalado y por alguna razón han vuelto a mí, de otros sólo conservo la tapa, señal inequívoca de que lo he dejado, aunque todavía recuerdo quién lo tiene.

Ahora, tomo frases de ellos pero antes solía escribir una ficha pequeña con un breve resumen de la historia, una calificación y la fecha en la que lo leí. Me ha sorprendido ver alguna fecha que me sitúa muy joven para un libro tan "adulto" como Juan José Millás, Carmen Martín Gaite, Soledad Puértolas o mi querido Gabo, es por ello que los volveré a leer ahora, para ver si me pasa lo mismo que con el de Milan Kundera.

He apilado con mucho cariño un autor al que ya no leo pero que devoraba de adolescente: Stephen King. Odio ése género pero me he leído todos sus libros, algunos incluso antes de que los destrozaran en alguna película. Me ha venido la escena de casa de mis padres,  con mi hermana en la cama, y yo leyéndole fragmentos de IT mientras me aterrorizaba el momento de apagar la luz. Después pasé una temporada pensando que Patricia Higsmith era la mejor en su género (y lo es) pero no hay que olvidar que yo soy una ingenua nata en lo que a historias se refiere. Aún recuerdo lo mal que lo pasé con La Sombra del Viento y los cambios de sospechosos.

De entre otro libro ha caído ésta poesía, recuerdo que me encantaba, como todo lo de ella. Creo que merece estar aquí:

Devoluciones (Gioconda Belli)

Devuélveme mi corazón, viajero.
Tú te irás -me lo dices-,
montado en alado pegaso te alejarás
y dejarás sólo noches solas a mi alrededor.
Por ésto, antes de que dobles el hueco del camino,
debes dejarme puesto en el pecho el corazón.
No te atrevas a llevártelo escondido en el equipaje
tentado por el deseo de acariciarlo
cuando encuentres que no encuentras otro
tan rojo, tan amante, tan lleno de cantos para vos.
Debes devolverme la roja lámpara
que alumbrará otros caminos andantes de mi pecho.
Debes dejármelo palpitando, transplantado,
un poco enfermo seguramente,
pero vivo y aleteando vida...


Motime - DIY
19 August 2005


jueves, 18 de agosto de 2005

Roc San Cayetano



Escribo desde mi rinconcito en Tarragona: este lugar sigue trayéndome una paz increíble. Por fin pisé la playa y me sumergí en el mar, aunque el día elegido fue uno de los peores y anuló todo el "romanticismo" del momento. Éso y que íba con los peques, por un momento creí que podría leer algunas páginas y escuchar música: ¡Incrédula de mí! Así que a la que el libro empezaba a crujir de la cantidad de arena acumulada en sus páginas lo cerré y me coloqué en la posición de "mamá que quiere broncearse sin perder de vista a sus churumbeles". ¡Imposible lo de no tener marcas así!

Puse en práctica mi juego favorito; el de observar. Siempre me acuerdo aquí de las historias del Profesor Cojonciano (El Jueves); de los estereotipos playeros, las conversaciones "privadas" de las marujis de al lado, los niños comiendo sandía fresquita, la pareja discutiendo o dándose el lote, la niña borde que le suelta al novio un despectivo "Immmbecil" por no ponerse de acuerdo en el sitio a montar el campamento, mientras el susodicho carga con el ridículo perrito de la nena dispuesto a morir deshidratado bajo la sombrilla, los adultos volviendo a ser niños rebozándose en la arena y las mamis estupendas, más atractivas si cabe por el hecho de haber parido y conservar el tipillo, el señor del peluquín cómodamente sentado a la orilla simulando a un lobo de mar y los papis atractivos, al pie de la orilla, controlando los juegos, los de sus hijos y los de las miradas que de tant en tant se cruzan silenciosamente con alguna que otra.

Ahora tenemos un vigilante de la playa, pero nada que ver con aquellos musculitos tan activos de la tele, al contrario, juraría que éste se echa una siestecita en esa silla tan alta desde la que vigilan los peligros que acechan a los bañistas. 

Este rinconcito es tan pequeño que con un par de días ya te suenan todas las caras y todo el mundo tiene una parcelita de arena adjudicada. A mí me va bien porque así me guío por los colores de las sombrillas para ubicarme, ya que la mía, siempre acaba volando con la consecuente vergüenza de tener que correr tras ella deseando que no haya atacado a nadie. 

Llevo tantos años por aquí, tantos juegos, amores, desamores que siempre me acuerdo de las mismas personas. La vista sigue siendo la misma, los paseos con el mismo recorrido, los comentarios de las visitas que llevas los mismos. Aunque estoy muy acostumbrada, siempre me dejo llevar y lo vuelvo a disfrutar como la primera vez.


Motime - DIY
18 August 2005


sábado, 6 de agosto de 2005

Hay mujeres (J.Sabina)



Hay mujeres que arrastran maletas cargadas de lluvia,
hay mujeres que nunca reciben postales de amor,
hay mujeres que sueñan con trenes llenos de soldados,
hay mujeres que dicen que sí cuando dicen que no.

Hay mujeres que bailan desnudas en cárceles de oro,
hay mujeres que buscan deseo y encuentran piedad,
hay mujeres atadas de manos y pies al olvido,
hay mujeres que huyen perseguidas por su soledad.

Hay mujeres veneno, mujeres imán,
hay mujeres consuelo, mujeres puñal,
hay mujeres de fuego,
hay mujeres de hielo,
mujeres fatal.
Mujeres fatal.

Hay mujeres que tocan y curan, que besan y matan,
hay mujeres que ni cuando mienten dicen la verdad,
hay mujeres que abren agujeros negros en el alma,
hay mujeres que empiezan la guerra firmando la paz.

Hay mujeres envueltas en pieles sin cuerpo debajo,
hay mujeres en cuyas caderas no se pone el sol,
hay mujeres que van al amor como van al trabajo,
hay mujeres capaces de hacerme perder la razón.

Hay mujeres que compran a plazos un nicho en el cielo,
hay mujeres que cambian abrazos por ramos de azahar.

Motime - DIY
06 August 2005