domingo, 4 de febrero de 2007

La Chocolat



Vino tinto, Mistela y un rosado del bueno presidiendo la mesa. A los lados, dos de mis currys favoritos: un Korma y un Tikka Massala, dos boles con Mango Chutney y Poppadums. Hoy hasta tenía arroz basmati pero, como siempre, me ha faltado un ingrediente, ésta vez han sido las pasas. Menos mal que Rosa tenía algo por casa y me ha ayudado a salvarlo.
Todo el mundo puntual y nadie falla. Me habían llegado rumores de que el Chocolat no quería venir por tímido, para escapar de las bromas que, estaba seguro, su compañero iba a hacerle, pero el verle por la mañana en el barrio y el decirle "Te veo esta noche ¿no?" hicieron que cambiara de idea.
En la mesa hay diversidad de cultura, de religiones y de idiomas. Mi sitio está donde Àngela ha colocado la copa de vino que ya he empezado en la cocina. Siempre que cocino me siento Sue Ellen pero es muy divertido. Lo bueno es que casi nunca cocino. Como luego les digo a los chicos, especialmente a los dos marroquíes que comparten mesa conmigo. "-Por éso no encuentro novio, porque aquí las mujeres saben cocinar-". Me pillan la broma.

Esa noche aprendo el precio de las chilabas; me hablan de los diferentes materiales con los que las confeccionan. Tocamos todo tipo de temas, incluído el religioso, pero ése ya aburre en todos sitios. A mí me interesan otras cosas, del tipo de películas que ven por allí, qué actores conocen y de música cómo no. En el equipo, todo un Cd de música oriental en mp3, no ha dejado de sonar. Quiero saber qué opinan, si tengo buen material. Les gusta más cuando son instrumentales, no les acaba de gustar que canten.
"- Tengo una pregunta para vosotros...¿Qué leches significa "habibi"? Sale en casi todas las canciones.-" Dicen que "amor mío". Cuando suena Aisha oigo al Chocolat tararearla.
A la primera insinuación me planto con los tres pañuelos que poseo, uno para cada chica, me saco las botas y bailo para ellos, con mucha verguenza y no muy suelta pero bailo. Pienso que tengo que controlarme, cuando me sale la vena exhibicionista me doy miedo. Al cabo de unos minutos, dejo a Rosa completamente abducida por una con tintes flamencos, para sentarme resoplando al lado de Yamal que me pregunta cuanto tiempo llevo practicando. "-Tres meses, pero me gusta mucho-". Es mi invitado, así que lo siguiente que dice es que bailo muy bien. Me da igual si miente, me encanta su cumplido y se lo acepto de muy buena gana. Enfrente mío, el chocolat me mira con la misma media sonrisa que siempre usa cuando se dirige a mí.
Seguimos hablando; del calentamiento global, de una obra de teatro, del juicio al que el chocolat lleva a su anterior jefe por no pagarle. Me entristece y al mismo tiempo me alegra el pensar que en esta mesa se respira diversidad, que todos estamos viendo y experimentando una faceta desconocida para la gran mayoría. Los dos hacen broma con nuestro "moro mierda" pero también recordamos la época pasada de nuestras abuelas así que igual la palabra ésa viene de aquí también.
Si tengo que quedarme con una sensación de la noche, lo hago con la de escucharles hablar casi toda la noche. Se les veía a gusto, yo también lo estuve.