"-Sólo te voy a hacer una, tú no deberías estar aquí. Yo soy la única persona que se encarga de reumatología en esta consulta y estoy saturada. Tengo gente mayor con problemas de artritis, ése túnel carpiano lo acabaremos teniendo todos. Este primer papel del que me hablas, en el que tenías que abonar 30 euros por cada férula es correcto. Prueba a mirar otras ortopedias a ver si están más baratas. Ésto no te irá tan bien y sólo te haré una, así que ¿qué mano?-"
Pero es que se me duermen las dos, no puedo escoger así de sopetón. Ella se sigue quejando, incluso me deja en la habitación y entra seguida de otra enfermera, esta al menos me sonríe. "-Así vamos mal-"pienso. Esta es de las duras.
Ya estamos solas cuando empieza a tomarme las medidas de la mano derecha, que es la que al final he escogido. Hay mucho silencio en la habitación así que lo rompo:
"-Yo tengo un papel firmado por una reumatóloga, que no me ha vísto nunca, la cual confirma el famoso túnel. No pretendo saltarme ningún procedimiento pero me consta que haces esto, cada seis meses, a una compañera del trabajo. Económicamente, no voy muy boyante, estoy separada, así que tienes que comprender que tengo que probar esto antes que gastarme 60 euros en una de esas sólo para llevarlas durante dos semanas. Ya he vísto la sala de espera y entiendo que estés desbordada, pero quiero que sepas que yo ando muy perdida en esto y sólo hago lo que me dicen. No pretendo colártela.-"
Ella también se relaja y, cuando veo todo el proceso para mi famosa férula y su molde, entiendo un poco más su desespero. Sin embargo, es delicada probándome una y otra vez la pieza, y se asegura de que no me moleste para nada. Cuando la está secando vuelve a hablar, ésta vez de espaldas a mí:
"-Ahora te la pones por la noche, al dormir, a ver si la otra mano se estira también por acto reflejo. Te veré en tres semanas, si te ha ido bien, te haré la otra-"
Esto último juraría que lo ha dicho más bien bajito, pero lo ha dicho.
Como señal de agradecimiento, le comento una foto enorme que tiene de Nueva York. Hay una escena muy bonita en ese puente en la película 25th hour de Spike Lee y así se lo digo.
"-Tengo suerte porque muchos congresos son allí. Me encanta esa ciudad-"
La veo a mitad de marzo. Espero que me haga la segunda.
He aquí un ejemplo del por qué me gusta la gente borde. Casi siempre, hay buena pasta debajo.