Yo tengo una princesa en casa, con todas las de la ley: adora el
color rosa en todas sus tonalidades (ésto ha sido un castigo para su mami que
siempre se ha saltado el pasillo rosa en ToysRus!!). Hoy por hoy dice que
quiere ser como María Isabel, le gusta bailar conmigo y cantar desde
Madonna a Led Zeppelin. No pierde la compostura ni jugando con el hula
hop. Está deseando ser mayor para depilarse y pasa de novios, dice que nunca se
casará...
Físicamente se parece bastante a mí. De carácter tiene algo
también aunque no mucho (gracias a Dios!): es observadora y muy detallista, le
gusta gustar a la gente y ayudar. Tiene un punto de timidez que, a su edad, la
hace parecer muy educada (para regocijo de su madre). Obedece aunque le estén cayendo
dos lagrimones por la cara, cosa que por otra parte, te rompe el corazón.
Ya domina la escritura y la lectura, con lo cual empieza a leerse
sus cuentos ella solita. Es muy irónica y sabe quedarse con la gente. ¡Hasta
me ayuda a aparcar el coche no sin antes recordarme lo mal que lo hago!
Recuerdo nuestra primera salida "adulta": fue a finales
de verano, ella volvía completamente alucinada con una chica mayor que había
conocido en la playa y claro, quería ser como ella, así que le propuse una salida
en plan chicas. Nos fuimos al H&M y allí escogió su primer bolso de mayor
(rosa, por supuesto!) un peine, espejo y monedero. Más tarde, nos sentamos en
una terraza y dejé que se pidiera una coca cola. Le di unas monedas para su
monedero y ella, pensando que no la miraba, abrió su bolso y empezó a
acicalarse. Me encantó la imagen, se la veía tan feliz. Creo que fue una de
esas anécdotas que, luego con el tiempo, siempre recordaremos...
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Africa | 17 febrero 2005 |