lunes, 20 de octubre de 2008

Raks Sharki



Saidi por ejemplo. Uno de los muchos ritmos que vamos aprendiendo en la Academia. Y lo pongo en mayúscula porque no tiene nada que ver con lo que he hecho hasta ahora. Así se lo acabo de decir a Pedro, con el que me he encontrado nada más bajar del autobús. "-No tengo esa magia Pedro, no voy a hacer ningún trabajo emocional pero estoy aprendiendo que era lo que quería-". Supongo que no puedo tenerlo todo. Mi rollo es más de trabajar la autoestima, del pudor, éso de ir descubriéndote y que te guste lo que ves. ¿Lo bueno? que trabajas con música árabe de verdad, la de orquesta, aprendes a moverte según el instrumento que suena, entiendes porque son tan condenadamente largas; tienen todo un cuerpo estas piezas: intro para la entrada de la bailarina, ritmos para diferentes movimientos y un final. Aunque lo que escuche sea más fusionado, los clásicos siguen siendo las piezas más bonitas.
Ya no es como antes, que todo se aprendía de manera lenta y se celebraba el que te saliera un paso, las chicas son más jóvenes y casi toda monísimas. Las que no, las más patosas, están llenas de complejos, son algo difíciles de tratar y acaban haciendo el payasete delante del espejo. Los pasos se complican y te rodea la perfección. Supongo que como todo, hay que conocer a fondo la técnica y después darle tu toque. Por éso y por algunas cosas más declino la oportunidad de dar clases a nivel de principiante allí. Tendría todo un grupo, coreografía a crear y ensayar y festival de fin de curso, demasiado estrés. Además, como le digo a la profe, no creo que cumpla con el perfil de su escuela"-Es que mi rollo es más místico-" le susurro mientras nos cambiamos Ella dice que mejor, que así hay variedad en la escuela"- así todas tenemos nuestro rollo y si tú tienes que ser la freaky pues nada, !variedad¡-". Ha intimado mucho conmigo así que le permito el comentario pero cala hondo y me hace pensar. Gracias a ella entro un poco más a este mundo; invitaciones a presentaciones de revistas del género, música nueva, mailings lists de todo tipo de eventos, concursos, cástings y mamoneo. Casi nunca puedo asistir pero bueno, está bien ver todo el mundo subterráneo que ésto mueve.
Veamos; concursos, de todo tipo de niveles ¿para qué? por qué quiero ganar un premio por bailar mejor que otra? o ¿tener que ver cómo felicitan a alguien sólo porque ha bailado mejor que yo?, ésto se carga mi teoría de descubrir nuestra parte más sensual y trabajar la autoestima. Dispara el ego, tal y como me advertía Quima. Una cosa es ser profesional, hacer tus bolos y cobrar por ello y otra competir por ser mejor que... O un cásting, por ejemplo el de acompañar a un grupo en alguna actuación. En la letra pequeña, entre las que se supone contratan, otra agresión a mi teoría: perder kilos, cinco. Díle tú a una mujer a la que todavía lucha con algún que otro kilo ganados durante un embarazo o a la que todavía no acepta su barriga estríada o fofa que, a pesar de que adora la danza y baila muy bien, tiene que perder cinco kilos para bailar en público. Además, todo ésto es relativamente nuevo aquí. Hay muchísimas chicas pero no tanta experiencia. Ésto se traduce en tener que trabajar y mucho para aparentar (que no tener) el nivel que se espera de ti.
No es la primera vez que la profe me anima a colocarme en el grupo superior, cree que podría combinar los dos, pero again, demasiado trabajo y perfección. ¿Qué más da que pueda? No lo haría con soltura, prefiero corregir los vicios que traigo de fuera por haber aprendido algunos pasos a trancas y barrancas, no por Quima; sigo pensando que si no la hubiera tenido a ella para la base, hubiera tardado más en enamorarme de ésta danza. Además está el tema del velo, con el que no consigo hacer migas del todo. Supongo que al ser un elemento nuevo y yo tan exigente no acabamos de cuajar, así que digo que no me gusta mucho aunque reconozco que me gusta verlo ondear.
Como profe, una bailarina profesional, completamente entregada a éste mundo, explica muy bien y baila mejor, de estilo más bien folclórico y conocedora de todo tipo de ritmos e instrumentos. Ésto es nuevo para mí, lo de parar la canción e intentar reconocer el ritmo. En casa tengo una libreta con los pasos que se le pueden aplicar pero delante del espejo apenas recuerdo ninguno. Ahora encajan los pasos con la melodía que suena y se enlazan de manera suave, supongo que empiezo a tener el anhelado equilibrio que una vez tuve con ella. De fichaje Begoña, la chica con la que vuelvo en el último autobús del día. Es muy sencilla en apariencia, discreta y elegante bailando, esta semana nos intercambiamos los móviles y la que viene nos llevamos material. Dice que, de tan en tan, hacen alguna salida a Barcelona a restaurantes donde hay espectáculos de danza, que me irá avisando. La verdad es que vivirlo así me apetece más que tener que perder o ganar cinco kilos o tener un número de concursante colgando del ombligo.


"Extractos del Código Ético Shalima Mattar"
(dossier repartido en el Módulo de Profesoras realizado este Verano)
- La dedicación a la enseñanza deber ser direccionada para el conocimiento de sus alumnas, y no como instrumento de vanidad personal para la promoción de la profesora.
- La profesora debe ejercer su trabajo libre de toda discriminación, respetando a sus alumnas, independientemente de características físicas, edad, religión o clase social, recordando que esta es una actividad que está direccionada al bienestar y equilibrio físico, mental y emocional. Por lo tanto, no pueden ser exigidos patrones estéticos.
- Para dar clases es considerado satisfactorio un período mínimo de 4 años, con conocimiento de anatomía para realizar un correcto trabajo corporal.
- La profesora no debe estimular competitividad negativa entre sus alumnas o con otros grupos.
- Tener conciencia de que cada profesional posee un estilo propio que la diferencia y, así saber apreciar y admirar, con la debida humildad, todas las variadas formas de expresar un mismo arte.
En fin, creo que voy a comprarme un velo en condiciones para ir practicando el molino con los brazos y conseguir dar más de tres vueltas sin perder el equilibrio mientras todo sigue girando a mi alrededor...