jueves, 11 de octubre de 2007

"RnR"

Dos letras tiene mi estómago comprimido a estas horas. Mis peques duermen. Cuando me siento triste no me gusta cobijarme en ellos, no lo veo justo, pasarles mi angustia. Soy de las que creen que atraes lo que sientes. Eso me ayuda a ahuyentar pensamientos negativos muchas veces y funciona. Por eso no me gusta quedarme en ese corrillo de mujeres rencorosas, reprimidas (y separadas) que, a veces, se forma en mi trabajo. Pluralizan y me incluyen en sus lamentaciones, sus necesidades. Son una banda sonora, pero de las que me agobian, de esas que te compras por una sola canción para luego descubrir que el resto son malísimas y encima acaban antes de tiempo.

Ir por la vida como voy ahora, sin esperar nada de nadie ni planificar mucho las cosas, sobretodo las agradables, hace que mis días sean tranquilos y llenos de momentos en los que todo lo puedo cambiar. Pero esta noche no me gusta esa frase de "No expectativas=No desilusiones", hoy me ha dado una de cal y otra de arena. A veces soy muy extremista, cuando no encuentro un término medio me cuesta posicionarme.

La primera R - Se supone que ahora estaría escuchando el nuevo trabajo de mis "¿cómo llamarlos ya? Radiohead", bebiendo una copa de vino y llamando a mi sister para contrastar opiniones. Incluso anoche cancelé via móvil con Las Bridgets para seguir con ella hablando al fijo de ellos. Que si nos esperábamos al DiscBox, que cuánto son 40 libras, que son unos genios por la solidaria e innovadora manera de ponerlo a la ¿venta?. Anoche decidí no escucharlos y me acosté sintiendo el calor que mi ordenador desprendía. Las dos horas del mediodía sólo he osado a pasarlas a Cd pero tampoco entonces han ido a parar al Ipod ni al coche. Es algo especial. No sólo es otoño, es que encima voy a pasarlo escuchando lo nuevo de Radiohead. Con eso ya estoy feliz o, al menos debería estarlo más ahora. No está estrenado pero sí escuchado. Quizás lo haga mañana como se merece (hoy bebo tónica), pero sí que dejaré que el primer escalofrío que ha recorrido mi espalda, Nude, me acompañe escribiendo. Tres bellísimos hombres desnudos podrían estar frente a mí ahora mismo y yo seguiría sin abrir los ojos para mirarles. A ver quién es el guapo que consigue un escalofrío mío de nuevo teniendo Nude o In Rainbows como banda sonora del otoño.

La segunda R - Por eso me has preguntado a qué hora me iba. Querías explicarme algo. Yo suponía que sería algún otro problema con los jefecillos de este año o alguna anécdota de esa atracción fatal que aún no admites sentir justo cuando acabas de comprarte un piso con el que tiene que ser el hombre de tu vida. Pero no que te vas. Así, tan rápido, media hora antes de acabar, delante de la jefa y de otra compañera. La compañera más dulce que tengo, la única persona por la que me dejo abrazar y besuquear allí para mosqueo de alguna que otra por lo seca y borde que soy con ellas cuando lo hacen. Quien me conoce de verdad, sabe que me gustan los abrazos sinceros, no me vale cualquier cosa (por muy pedante que quede). No he reaccionado y he intentado darle al momento toda la cortesía que requería, pero escuchar tu discurso y las razones de tu marcha, tan bien memorizadas estos últimos días supongo, ha hecho que me enfade contigo. Escuchar al resto con las frases perfectas (bueno, pues que te vaya bien....o claro, tú puedes ya lo verás....) referente al nuevo trabajo, ha hecho que se me revolviera el estómago. Por eso, cuando me has susurrado "Por favor, no te enfades conmigo" lo he hecho más, porque si me lo estabas pidiendo por favor era porque sabías que no estaba bien. Por eso te he hecho llorar, porque me has expuesto a un momento muy íntimo con gente que no debería verme así, porque como has dicho más tarde, lo he hecho porque me importas. Si querías palabras típicas ya te he dicho que no iban a salir de mí, que no era así como me sentía. "-Tú me has llamado a las nueve de la noche cuando de verdad te ha angustiado algo, has contado conmigo en cosas muy importantes, así que no me vengas ahora con que no querías ponérmelo difícil por si se me escapaba. ¿Cuándo se me ha escapado a mí algo? y protegerme de ¿qué?. ¿Te vas y me lo dices media hora antes de plegar? Joder tía, ¿no te has dado cuenta de que el lunes ya no te voy a ver?"

Es el segundo abrazo sentido que doy en dos meses con alguien sentado en esa silla del despacho.
Siento mucho haberle hecho llorar, ella también lo ha hecho conmigo. Es la segunda vez que siento tanto la marcha de una compañera/amiga. Irónicamente, la primera fue a la persona que lleva sustituyendo cinco años ya. Ella sólo me recuerda a mí de su primera visita "-Hola, ¿tú eres Ruth? El jefe aún no ha llegado pero podemos empezar con los papeles-". Me gustó desde el primer día. Una flower power con un corazón enorme, de estas que puede entrar cuando estás cuadrando algo para soltarte un "-¿Queréis ver una nube?-", una cantante de gospel en sus ratos libres a la que siempre le doy el coñazo para que me cante "Amazing Grace", cosa que acaba haciendo encantada. La última vez fue en mi casa y como siempre volvimos a emocionarnos. Hemos pasado buenos ratos simulando trabajar delante de un ordenador cuando en realidad estábamos mirando vídeos en Internet o cantando canciones. A veces me ha saturado de lo rosa que ve la vida pero siempre me ha inspirado mucha ternura.

Ha salido de casa con una pulsera que la peque le ha regalado. Más tarde en la cama, cuando me ha preguntado por qué nos dábamos un abrazo en la cocina le he explicado lo que significa el echar de menos a alguien a quien quieres. Ella, tan cumplidora siempre, ha querido alegrarme y me ha sugerido desayunar en la cama conmigo y leer un rato los tres juntos. He aceptado, claro que sí.