martes, 29 de mayo de 2007

Let it go II

Tiene unos ojos enormes, de esos tan redondos, saltones, de un azul precioso. Pelirroja de cabello largo y rizado, pequeñita y voluptuosa. Rebosa sensualidad, dulzura y mucho misticismo, habla bajito y sonríe mucho. Me tiene hipnotizada; sólo son las dos del mediodía, pero el Viena escogido para nuestra cita está a tope de gente. Me dice que se sorprendió mucho cuando levanté la mano junto a las que no hacían el baile: "¿No te has dado cuenta de que me pusiste la primera y yo me he movido a la segunda fila? Yo no quiero lucirme, yo estoy en el grupo de las que adoran esta danza y por eso mismo no queremos salir, porque lo hacemos para nosotras y no para lucirnos. Las otras ya están pensando en el modelito cuando no tenemos ni la entrada practicada.-" "-Pero es que te puse la primera precisamente por eso; porque me gusta como bailas.-"
Y sin haber fumado nada, yo me pongo mística también con ella, hay cosas a las que aún me cuesta quitarles la etiqueta "destino" impresa en ellas, son esas "sencillas" casualidades que de tan en tan se dan en la vida. ¿Cuántas canciones habrá bajo el denominado estilo oriental? ¿Miles?¿Millones?.Yo asocio mis canciones a lugares, personas, momentos, estados y ahí se quedan, junto al recuerdo. No hay dos canciones para un mismo momento, ni para una misma persona. Ellos y mis sentimientos va siempre juntos. Passion de Peter Gabriel siempre me recordará al viajero, aunque lo use para miles de cosas diferentes, siempre pienso en él, como Talk Talk a mis primeros veranos de adolescentes en un apartamento con vistas al mar. Madonna y Prince me recuerdan a mí, y a la carpeta del instituto que aún guardo, forrada con fotos de ellos. El tiempo pasa y estas cosas se convierten en mis recuerdos, quizás esa sea la razón de que no consiga tener fotos de los momentos buenos, al menos con cara.

Y aún teniéndolo tan claro, y sin creer ya en el destino, se me plantea por primera vez un dilema en el tema. ¿Para quién va a ser el recuerdo de Aisha? ¿Para él? ¿Para mí? ¿O para mi primer (aún no decidido) "debut" como belly dancer, como premio a una de las cosas que más bien ha hecho en mí estos últimos meses? Quitarle la canción y regalármela. Es como mucho quitarle mucho brillo de golpe ¿no? Aún no sé lo que haré; tengo que vencer muchos pudores y volver a recordarme lo asquerosamente perfeccionista que me gusta a veces ser. La cosa queda en 50-50.

Hasta aquí, procesado.

Ahora no sé qué hacer con ésto: en diciembre estará ausente unos meses y me ofrece sus clases, me da un par de números y me dice que me lo piense. No me lo puedo creer, esto no ha pasado. Si llamo a estos números pongo en marcha el prepararme de manera intensiva y, aprender técnicas y coreografías con dos de sus profesoras, intento asistir con ella a dar una clase en algún gimnasio de nivel básico y le aguanto el trabajo hasta que ella vuelva.

Supongo que tiene más candidatas, pero sólo me interesa verme a través de sus ojos. Quiero escuchar cómo me describe bailando y los cambios que ha visto en mí, porque es buena en eso. Dice que el prepararme ahora de manera intensiva es por el poco tiempo que llevo, que tengo un cuerpo bonito para esta danza, que ha notado mi manera de conectar con ella, y que, gracias al grupo que no quiere salir a bailar sigue en el gimnasio, porque ella no es una mujer diez como las llamadas veteranas allí, que encontró mucho rechazo por parte de ellas al empezar, tan acostumbradas a la antigua profesora, que se me ha dado pronto la cadera y que supone es porque practico en casa. "-¿Y mis manos? Aún no sé moverlas y me equivoco de brazos y de salidas..-" "-Ya te saldrá.-" "-¿Sabes qué estilo me gusta mucho? El Tribal-." Y me da el teléfono de una tal Bibiana que está montando un grupo de Tribal.

Otra aventura a las puertas del verano, aún no decidida. Sopesando pros y contras, con la firme convicción de que nada puede entorpecer mi papel de madre ni de horarios de casales ¿Y si fueran mis vacaciones? siempre he dicho que me traslado a los sitios desde aquí, mezclándome con su gente.
No puedo creerlo, esto es demasiado, nunca hubiera esperado algo así y tampoco sé qué es lo que haré, pero le he dado las gracias muy emocionada, ha conseguido que toque el cielo un ratito. Yo me he entregado así a otras cosas, a personas, a momentos, pero nunca me he sentido tan reconfortada.

Gracias mil...



Rachel Brice, mi ídola (aunque no quiero ser como ella de mayor ;-) )

jueves, 24 de mayo de 2007

Quieres un plan?

"-...y eso es lo que te ofrezco. ¿Qué te parece?- y no le digo nada más, ni para justificarme ni para aclarárselo más.

Entonces hay silencio. "-¿No dices nada?"-

"-Bueno, es un plan, no es lo que yo haría pero lo sugeriré-".

"-No, no me has entendido. Ésto es lo que ofrezco. Y quiero saber cuánta gente dormirá en mi casa sábado noche-."

"-Vale, éso lo podemos decidir durante esa misma noche-"

"-Nooo, no me voy a poner a preparar camas de madrugada y no tengo tantas sábanas. Les llamas esta noche y mañana me lo dices. No, no puedo entretenerla porque tengo que acompañar a una amiga por la mañana. Además, viene con una amiga, que se vayan arreglando y cuando estén las paso a buscar. Además, dónde me meto yo con dos adolescentes londinensas a las diez de la noche en esta ciudad? Que se tuneen a gusto que seguro que se lo pasan pipa. Además, ¿has llamado al resto? Ellos tienen mucho más tiempo que yo.-"

"-Bueno, ya les conoces. No puedes contar con ellos porque van a su bola. No, ni siquiera he pensado en ellos. Si aparecen, aparecen.-"

"- Tengo dos horas para comer y ¿sabes qué estoy haciendo? Comiendo un bocata y planchando. Además he hecho las camas y estoy preparando la cena porque esta tarde, en cuanto acabe, vengo a casa con amiguitas de la peque y otra madre a ensayar el baile de fin de curso durante dos horas. Estoy en la peor época del curro, intentando terminar algo para lo que no estoy concentrada. No son excusas pero estoy muy cansada.-"

"-Ok. A ver si mañana te puedo decir algo...-"

El inútil con el que cuelgo, es mi mejor amigo y está muy acostumbrado a que cuide de él. Se niega a crecer y le cuesta entender que si no cambia, se va a quedar muy solo. El grupo, su grupo ahora, hace mucho que no funciona. Esperaré hasta que pase el último de nuestros cumples el mes que viene para decirle que no entro más en los regalos, que voy por libre y sin presupuesto, paso de tirar dinero (además no puedo).

Hasta hace una semana estaba contenta con mi rutina, muy cuadrada, hasta dormía y comía. No sé qué ha fallado. Coincido con tres mujeres en que nos duelen mucho las piernas, con una sensación de cansancio. Las tres menstruamos, así que la regla viene muy frágil este mes. No tengo tiempo de llamar a amigas enfermas que no vienen al trabajo, ni recrearme en él a la salida porque en minutos estoy ensayando una canción de las Cheetah Girls con seis niños en mi casa. Por fin encontré un pienso que le gusta a la perra así que no tengo que cocinar para ella. No consigo levantarme ni un día a la que suena el despertador. Todavía no me he puesto brillo en las uñas, juré cuidarme más el pelo y hasta me compré una mascarilla pero tengo que ducharme tan tarde que paso de potingues casi. No sé ni cómo vestirme ni como vestir a los peques así que nos cambiamos mil veces, no me da tiempo al segundo café y salgo de mal humor. Me muero por practicar la danza ahora que tengo la coreografía escrita a mi manera, creo que ya tengo el camello pillado.

Recuerdo Londres. Allí se reían mucho de mí, porque quería ser organizada, porque no quería perder el avión, ni ver amanecer en un frío andén de estación, al aire libre y empezando a lloviznear, durante una hora. Aquí necesitan que sea así; organizando visitas de famílias que no son mías, montando horarios, actividades, encuentros. Ahí se quedan, yo tengo cosas que hacer.

domingo, 20 de mayo de 2007

¿Operadora?

. Deje su mensaje o, para seguir, pulse *.
. Para acceder a su menú de horas libre, pulse 3.
. Ahora, introduzca su pin, seguido del puck y obtendrá el saldo de puntos de canje.
. Para acceder a los regalos disponibles, pulse almohadilla y repita, de manera enérgica y clarita:
. "No me apetece" después de pulsar el número elegido.
. Si quiere:
...sol, pulse 1
...leer, pulse 2
...seguir limpiando, pulse 3
...invitar a sus vecinos a comer, pulse 4
...trabajar y abrir la maleta abandonada en la cocina desde el Viernes, pulse 5.
...tarde de sexo, con el catalogado número uno en lo suyo, pulse 6.
...también pasar la misma tarde con el susodicho pensando por dos, pulse 9.
...opciones 7 y 8 no quedan incluídas en la versión que usted posee.
...hacer de verdad lo que le apetezca, simplemente marque el número elegido, es tan fácil como abrir la agenda.


"-¿Àngela? ¿Te he despertado?-"
"-Que va! Estoy escuchando música africana y haciendo cosillas por casa, te iba a llamar más tarde."-
"-Vas a la obra de teatro de Nohaila?-"
"-Sí, ¿te vienes?-"

Veamos, limpio un poco más, arrincono mejor la maleta para que no me moleste hasta mañana, tomo un rato el sol y miro otro libro porque no es mi momento para el de Almudena Grandes. Mis vecinos que coman en su casa y a las cinco y media me voy al teatro. Ya pensaré en algo para cuando tenga que explicar al susodicho el por qué no le he contestado ¿o no? ya veremos...

viernes, 18 de mayo de 2007

Que bien te veo....

He llevado todo el día en la cabeza algunas estrofas de "Contigo" de Joaquín Sabina. La canturreaba cruzando calles, llegando al trabajo unas tres horas más tarde. "-¿Te doy un abrazo?"- pregunta mi compañera. Le he dejado hacer, no he sentido nada. A veces la gente crea una falsa empatía hacia el otro, a veces creen que por haber experimentado algo similar a lo tuyo, llamado con el mismo nombre, pueden consolarte, aconsejarte y se atreven a comparar. ¿Sinceramente? Creo que pretendía que yo rompiera a llorar en su hombro, pero no lo he hecho ni en el suyo, ni en el de nadie, no tengo ganas de llorar. He tenido días muchísimos peores que el de hoy. Es un sabor agridulce el que piensen allí que estoy muy bien, sólo porque no me ven llorar, ni despeinada, ni descuidada, porque me sigo arreglando para ir a trabajar y sigo teniendo mis buenos ratos allí, que no he tenido todavía ninguna relación (animalicos). Hay rumores, muchas miradas y mucho acercamiento de las mal casadas; las que empiezan a anhelar la vida que ellas quieren creer que llevas, las que empiezan a organizar todo tipo de eventos incluyéndose a ellas mismas y empiezan a fantasear con esos ligues buenísimos que (ellas creen) nosotras encontramos cada noche. Que estoy muy bien y que yo soy más fuerte, por éso no llego a compadecerme ni a entender a las que no lo son y lo están pasando mal.
Sí, fuerte lo soy, cada vez más, pero con lo que no puedo es con la mentira y menos aún, que quieran colocármela con calzador. No voy a los eventos; veinte excusas he tenido que dar para saltarme el próximo y acabar diciendo "-No todas las que van son amigas y no me da la gana de mezclar ocio con trabajo, no voy a pagar algo para aguantar a alguien que no me gusta.-" Ala, se acabó el insistir.

Y sí, he tenido días mucho más tristes que el de hoy.

jueves, 3 de mayo de 2007

Guardando las distancias

Día muy largo el de hoy. Despido al segundo de los peques para las convivencias y una hora más tarde me doy cuenta de que llevo su chaqueta en la mano. Al menos puedo llamar al autocar para que no se maten buscándola y que le abriguen con algo más para el juego de la noche. La verdad es que me veo a los dos mañana con fiebre, porque ella, para esto de los planes es igual que yo, se pone de los nervios hasta que le empieza a doler la garganta, y así han marchado; con desayunos, jarabes y un par de chuches escondidas. Este año me he saltado las reglas a la hora de hacer la mochila; ella es la primera vez que lleva cámara, pasta de dientes de la "mía", de la que pica y no esa asquerosidad con sabor a chicle de fresa barato. Él ha tardado como diez minutos en elegir el collar de "chulito" que se llevaba puesto.

La llegada al curro no ha sido mejor. Mi jefa me corrige: "Ayer hubo movida"-me dice. Recuerdo su llamada y mi "Sin incidencias. Todo bien". Nada que ver conmigo. Mañana sabré más del tema, he tenido que salir pitando y viajar hora y media para una reunión.

Por ir al lavabo me ha tocado la silla de la verdad, justo al lado de los jefes, la que nadie quiere, así que no he podido hacer dibujitos ni mirar el móvil de tan en tan, he estado muy atenta, aguántandome largos bostezos mientras los jefes hablaban por turnos diciendo exactamente lo mismo. He tomado tantas notas y he estado tan atenta que me he cabreado, porque ya estaba hasta las narices de escuchar lo importante del trabajo que teníamos en nuestras manos, la precisión que se requería, bla,bla,bla. Desde que empezaron la reestructura y me fueron quitando jefes y jefes, esto se ha quedado en dos, con responsabilidades compartidas y delegadas, a su vez, en otra: YO. Así que cuando el segundo ha repetido lo de la precisión, le he sonreído amargamente y le he pedido intervención. En este grupo de trabajo, las críticas se hacen en la calle, cuando no hay jefes. Allí son peor que yo, así que me jode que en la sala nadie opine. Educada, pero sincera y directa. Así le he hablado al nuevo gerente, mis mejillas me ardían y notaba temblar mi voz. Que sí, pero que no somos nosotros quienes tienen que implicar al resto, que viniendo de nosotros sólo conseguíamos más trabajo, que no era un mes de tiempo porque ya estábamos a 3 de mayo, que para eso necesitábamos tiempo, del cual carecemos por hacer de todo, tiempo y un espacio "adient". Y sabe que es verdad, porque hasta hace nada lo vivía desde el otro lado. Pero ya le han puesto el chip de jefe, así que aunque lo sabe, no creo que le guste que se lo recuerden. Pero es que, joder, he ido para escuchar tonterías y una serie de material que esta misma noche me van a enviar por mail! Así que nada, día perdido laboralmente hablando. Espero no haber roto la buena imagen que tengo allá arriba.

Una hora le hemos rascado al día para tomar un café. Con mucha gente, sin quitarnos la chaqueta, ¿más armaduras que nunca? Me ha gustado verle.

Si hubiera leído me hubiera quedado frita en el tren así que Amy Winehouse me ha acompañado exactamente todo el viaje. Ya tengo esta distancia también medida musicalmente hablando.