domingo, 18 de febrero de 2007

Mama

Cancelé los dos planes de sábado, ni bajé al centro con Luisa ni cené con mi sister. Las dos lo entendieron, la primera incluso se alegró porque estaba como yo. Había sido una semana muy heavy y la verdad es que me apetecía mucho estar sola y no hacer absolutamente nada que no fuera perrear y hacer cosas "inútiles"; como darle al unzip y empezar a seleccionar la música que te has bajado. Y como eran dos los planes cancelados, decidí ver también dos Dvds; "Little Children" y "Sherry Baby". Me gustaron y mucho las dos. La primera, por seguir mostrándote lo asquerosamente reprimidos que son los americanos, con escenario de vecindario a lo "Mujeres desesperadas" pero con sexo (y del bueno además). Me doy cuenta de que Jenniffer Connelly se está convirtiendo en la Nicole Kidman morena, tan finamente operada. ¿Dónde está aquella buenorra de Labios Ardientes?. La segunda, Sherry Baby, me tocó más. Primero porque que me encanta Maggie Gyllenhaal (me enamoré de ella en La Secretaria) y porque ví la película como madre, me puse en su piel y me hizo llorar. También ví cómo es ser madre con esa niña que todas llevamos dentro y me enterneció porque, en ese aspecto, me ví en ella. No han pasado ni veinticuatro horas y ya la he comentado dos veces, bueno, con esta tres. Qué dura...
Es curioso. No recuerdo la música que me acompañó ayer. Pensé mucho, me animé también y me prometí cosas, pero acaba de pasar el segundo Carnestoltes que he vivido sola y me toca hacer balance. Como la Navidad, ha sido fustrante, no es que esperara estar completamente recuperada pero he avanzado tan poco en algunas parcelas.
Ahora le he preguntado a la peque que me resumiera el día de su cumple, como si yo fuera su seño y ella tuviera que explicarlo delante de la clase. Ha empezado su relato a las cinco de la tarde, cuando se ha juntado con mis hermanos, padres y primita, en el pastel, en la equivocación de mi madre con las velas. "-No, todo el día, desde que te has levantado-". Pero es igual, ya tengo lo que quería. Eso y los abrazos que lleva dándome toda la tarde porque según ella, estoy calentita, me confirman que ha salido bien.
Y mi madre, también muy contenta de tener absolutamente a toda la familia con ella. Yo observo divertida las monerías a las que es sometida mi flamante sobrina, las mismas que les hicieron a mis peques y las mismas que me hicieron a mí.
Otra mamá, la de mi sobrina. Parece que al final tenemos algo en común sobre lo que hablar: ser madres. Ha conseguido que nos relajemos todas más y podamos ser todo lo payasas que sabemos. Es mucho más divertido.
Hay otro regalo que intento hacerle a mi hija hoy. Y es que mañana dejo de fumar. Ya lo he hecho público para que me agobien, le he explicado a la peque lo de los parches y de que va a ser muy difícil. Así que lo he convertido en un reto. Si lo miro así, me crezco, porque me encantan y porque tengo ganas de demostrarme a mí misma y a mucha gente que yo hablo en serio. 
Como dato curioso, dejé de fumar cuando nació ella. Me produjo tal shock tener un bebé que el tabaco desapareció de mi vida por completo. Recaí cuando ella contaba cuatro, hoy cumple ocho. Cuatro más. Creo que se lo debo ¿no? A ver si ésto se puede convertir en un regalo de cumpleaños.