Otra de mis visitas más esperadas: el restaurante indio, ¡un
curry de verdad! Decidimos probar tres nuevos currys; el mío como siempre
nada picante y sin cordero, samosas, mango chutney, nan bread... Todo delicioso. Miramos
a la niña del restaurante y la envidiamos porque cada noche come esa comida aunque
también reconocemos que todas las noches tiene que hartar un poco, como a
nosotros la sopa o la leche con galletas de nuestras madres.
Procuramos no pasarnos con la comida porque al día siguiente nos
espera otra excursión y los currys son asesinos en el estómago, sobretodo
los picantes.
El camarero nos pregunta de donde somos: "- De Barcelona -" le
decimos- y nos dice que nuestro idioma suena muy bonito, que le gusta, ¿será
verdad?? o ¿está tratando de ser amable? Bueno, nosotros a comer que es a lo
que hemos venido, pero lo de no pasarnos queda en el
olvido ¡Imposible! Los chicos rebañan su plato mientras yo empiezo a
desabrocharme el primer botón del pantalón y me pido la segunda coca cola ¡Qué
horror! ya verás mañana...
Volvemos pronto a casa, ellos a jugar otra vez, yo me acuesto
escuchando Norah Jones para ir cogiendo el sueño.
Domingo y último día: visita cultural, al museo, al Modern
Tate, al lado del Támesis. Una maravilla de nuevo. Me enamoro de un
cuadro, su título: "No woman no cry" como la canción de Bob Marley. Bajo a
la tienda y me compro la lámina. Éstas cosas de decorar siempre pasan
así. De repente me enamoro de algo y pasa a ocupar un espacio en mi casa o
en mi vida: el cuadro y su historia ya forman parte de la mía. Su autor lo
pintó en memoria de un adolescente que murio apaleado por una banda en la
calle no hace mucho tiempo. Está sostenido por dos piedras donde se puede
leer No Woman No Cry y en las lágrimas de la mujer puedes ver la cara del
chico. Aunque la historia es triste el cuadro es bello, sobretodo al
natural. Ahora es lo último que miro cada noche al acostarme.
Y poco a poco nos vamos desinflando... Sabemos que se acaba, estamos
contentos y cansados. No hemos parado y hemos estado siempre juntos. Ha
servido para conocernos un poco más los tres, algo nos ha unido en este
viaje... Pedro y yo porque queremos mucho a Jordi como amigo,
era nuestro amigo común y a partir de ahora creo que también nosotros lo
somos, hemos estado desde el principio muy a gusto, yo, por ser la chica, me
he dejado mimar. Ha sido tan intenso que el
Lunes les envié un mensaje a los dos porque les echaba de menos. El año que
viene lo volveremos a repetir, espero que sea igual o mejor que éste.
Puede que ellos tengan una ligera idea pero éste viaje ha sido
para mí más que eso. Aunque ya sabía la respuesta aquí, he confirmado qué
es lo que echo de menos en esta vida y a quienes quiero de verdad, a quien
siento parte de mí. Vuelvo con más compañía de lo que ellos creen...
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Africa | 26
enero 2005 |
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Lo mejor de recordar es que puedes recordar cuando lo deseas, nadie te puede robar o impedir eso. Quizás lo que más impacta es que, siempre que vuelves, el recuerdo es diferente. Y si el recuerdo es diferente, uno lo acaba siendo también, porque ahí están tus raíces y si tus raíces cambian, también cambiará tu tronco... (Albert Espinosa)
miércoles, 26 de enero de 2005
Para no olvidar 5. El curry.
Para no olvidar 4. La excursión
Los chicos se quedan jugando con la X-Box (creo que se llama) y
yo hago bondad y me acuesto, son las 4 de la mañana y estoy
reventada, pero antes nos zampamos unos sándwiches que hemos comprado en una
gasolinera.
Por la mañana, en veinte minutos, nos plantamos en el centro de
Londres. Pasamos el estadio de MillWall. Al parecer hoy hay partido y
tienen fama de hooligans así que el despliegue policial es increíble. Cuento tres autocares llenos de policías que se doblan en número al llegar a la estación. Controlan con una mano a la gente que sube al tren y con la otra sujetan a un perro policía tambíen ¡Cómo no! Todo por un partido de fútbol, la imagen es impresionante...
Nuestro objetivo es llegar a Oxford Street, donde se concentran
todas las tiendas, mi amigo quiere comprar ropa y nosotros dos chafardear, y
éso hacemos: la tienda Apple, HMV, Virgin...qué cantidad de música y Dvds
para comprar. Veo la sexta temporada de Sexo en Nueva York y me tienta
comprármela, pero esperaré. Tienen hasta un trivial rosa dedicado a la
serie !!! Me imagino a mis amigas en una de nuestras cenas Bridget Jones
jugando al trivial, ¿Qué preguntas serán? seguro que tan fans no
somos pero siento curiosidad.
Vuelvo a perder a los chicos en una tienda de XBox como no!! a
jugar otra vez!! yo me voy a comprar cositas rosas para mi peque porque ésta
es la ciudad de las cosas + rosas para las niñas y de Harry Potter claro!!
Me he llevado mis camperas del alma rotas allá y allí han
muerto, a cambio, me he comprado otras guapísimas de cowboy y más baratas
que aquí, ¡increíble!
Hay un momento de la tarde donde la marea humana en las calles
es estresante: todo el mundo parece una serpiente enorme cruzando la calle y
bordeando los coches. No puedo ni cruzar mi propia acera para llegar a la
parada del bus!! Ésto si que es claustrofobia!!
La lluvia nos invita a volver a casa pronto. Estamos reventados
y aún nos queda el curry y otra salida a la noche que yo decido no haré
porque sé que mi cuerpo no la aguantará.
Una vez en el barrio me atrevo a guiarles a casa en la
oscuridad bajo la lluvia y, mientras me siguen desconfiados, les acabo
llevando al pub de nuevo y a casa. ¡Ésto no lo hago ni en Barcelona!
Decidimos que mejor quedarnos en casita y disfrutar del curry en
condiciones, sin prisas...yo me alegro.
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Africa | 26 enero
2005 |
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Para no olvidar 3. Ministry of Sound II
De repente soy consciente de donde estoy: mire donde
mire, todo el mundo baila...¡y de qué manera! Otra vez me quedo clavada en
el suelo, todo, absolutamente todo el mundo baila como en los vídeo clips de
Mtv!! Todo el mundo me parece "cool": sensualidad, ritmo. Mi amiga es de las mejores, Beyonce a su lado parece una
principiante. Si la miro, no me salen los pasos y es que no puedo dejar de
mirarla: nunca he tenido a nadie tan cerca bailando de ésa manera!
El ambiente se va animando, las cabinas se llenan de Djs que
rapean con discos de vinilo. Todo el mundo lanza un Ohhh!! a la que suena la
nueva canción y conocen todas las letras, todas las pausas en la canción. De
toda la noche creo que sólo conocía unas seis canciones, ¡algo es algo!
Teníamos curiosidad por una sala que aún no estaba abierta
"The Box". Habíamos escuchado ya house, garage... pero ésa era un
misterio, hasta que mi amigo me coge de la mano, me dice que no me asuste y
me lleva allí. Al entrar uno de los gorilas me cambia el vaso de cristal por
uno de plástico. La sala está oscura, tan sólo veo un letrero avisándote de los
decibelios que estás a punto de sentir. Pero -¿a dónde voy?-le pregunto a mi
amigo y entramos: la sala jungle, otra derivación del hip hop, más
rápido y ruidoso, muy muy ruidoso, con los graves salidos de madre y altavoces
en todas partes: en medio, a los lados, en el techo... Imposible
hablar, todo mi cuerpo tiembla. Humo, venga humo, creo que es de aquí
de donde sale la famosa niebla londinense y otra vez toda la gente bailando como
posesos; con tacones, sin tacones, con mini vestidos, con
pantalones. Todos los estilos pero todos con el mismo ritmo. Si en la otra
sala era difícil de seguir...éste ya no digo nada, tenía que cerrar mi boca
de vez en cuando porque creo que se notaba mucho el estado en el que me
encontraba. No aguanté mucho en la sala, mi propio cuerpo me hacía
cosquillas así que me largué a la mía, a la tranquilita dejando a mis dos
amigos allí bailando.
En fin, que no me decepcionó, que exprimí el lugar y antes de
que se borre algún recuerdo lo plasmo aquí...el Sábado era la noche del
funky pero ya no fuimos ¡Queda pendiente para la próxima!
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