miércoles, 26 de enero de 2005

Para no olvidar 5. El curry.


Otra de mis visitas más esperadas: el restaurante indio, ¡un curry de verdad! Decidimos probar tres nuevos currys; el mío como siempre nada picante y sin cordero, samosas, mango chutney, nan bread... Todo delicioso. Miramos a la niña del restaurante y la envidiamos porque cada noche come esa comida aunque también reconocemos que todas las noches tiene que hartar un poco, como a nosotros la sopa o la leche con galletas de nuestras madres.

Procuramos no pasarnos con la comida porque al día siguiente nos espera otra excursión y los currys son asesinos en el estómago, sobretodo los picantes.
El camarero nos pregunta de donde somos: "- De Barcelona -" le decimos- y nos dice que nuestro idioma suena muy bonito, que le gusta, ¿será verdad?? o ¿está tratando de ser amable? Bueno, nosotros a comer que es a lo que hemos venido, pero lo de no pasarnos queda en el olvido ¡Imposible! Los chicos rebañan su plato mientras yo empiezo a desabrocharme el primer botón del pantalón y me pido la segunda coca cola ¡Qué horror! ya verás mañana...

Volvemos pronto a casa, ellos a jugar otra vez, yo me acuesto escuchando Norah Jones para ir cogiendo el sueño.

Domingo y último día: visita cultural, al museo, al Modern Tate, al lado del Támesis. Una maravilla de nuevo. Me enamoro de un cuadro, su título: "No woman no cry" como la canción de Bob Marley. Bajo a la tienda y me compro la lámina. Éstas cosas de decorar siempre pasan así. De repente me enamoro de algo y pasa a ocupar un espacio en mi casa o en mi vida: el cuadro y su historia ya forman parte de la mía. Su autor lo pintó en memoria de un adolescente que murio apaleado por una banda en la calle no hace mucho tiempo. Está sostenido por dos piedras donde se puede leer No Woman No Cry y en las lágrimas de la mujer puedes ver la cara del chico. Aunque la historia es triste el cuadro es bello, sobretodo al natural. Ahora es lo último que miro cada noche al acostarme.

Y poco a poco nos vamos desinflando... Sabemos que se acaba, estamos contentos y cansados. No hemos parado y hemos estado siempre juntos. Ha servido para conocernos un poco más los tres, algo nos ha unido en este viaje... Pedro y yo porque queremos mucho a Jordi como amigo, era nuestro amigo común y a partir de ahora creo que también nosotros lo somos, hemos estado desde el principio muy a gusto, yo, por ser la chica, me he dejado mimar. Ha sido tan intenso que el Lunes les envié un mensaje a los dos porque les echaba de menos. El año que viene lo volveremos a repetir, espero que sea igual o mejor que éste.

Puede que ellos tengan una ligera idea pero éste viaje ha sido para mí más que eso. Aunque ya sabía la respuesta aquí, he confirmado qué es lo que echo de menos en esta vida y a quienes quiero de verdad, a quien siento parte de mí. Vuelvo con más compañía de lo que ellos creen...

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Africa | 26 enero 2005 | 

 

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