miércoles, 26 de enero de 2005

Para no olvidar 4. La excursión


Los chicos se quedan jugando con la X-Box (creo que se llama) y yo hago bondad y me acuesto, son las 4 de la mañana y estoy reventada, pero antes nos zampamos unos sándwiches que hemos comprado en una gasolinera.

Por la mañana, en veinte minutos, nos plantamos en el centro de Londres. Pasamos el estadio de MillWall. Al parecer hoy hay partido y tienen fama de hooligans así que el despliegue policial es increíble. Cuento tres autocares llenos de policías que se doblan en número al llegar a la estación. Controlan con una mano a la gente que sube al tren y con la otra sujetan a un perro policía tambíen ¡Cómo no! Todo por un partido de fútbol, la imagen es impresionante...

Nuestro objetivo es llegar a Oxford Street, donde se concentran todas las tiendas, mi amigo quiere comprar ropa y nosotros dos chafardear, y éso hacemos: la tienda Apple, HMV, Virgin...qué cantidad de música y Dvds para comprar. Veo la sexta temporada de Sexo en Nueva York y me tienta comprármela, pero esperaré. Tienen hasta un trivial rosa dedicado a la serie !!! Me imagino a mis amigas en una de nuestras cenas Bridget Jones jugando al trivial, ¿Qué preguntas serán? seguro que tan fans no somos pero siento curiosidad.

Vuelvo a perder a los chicos en una tienda de XBox como no!! a jugar otra vez!! yo me voy a comprar cositas rosas para mi peque porque ésta es la ciudad de las cosas + rosas para las niñas y de Harry Potter claro!!

Me he llevado mis camperas del alma rotas allá y allí han muerto, a cambio, me he comprado otras guapísimas de cowboy y más baratas que aquí, ¡increíble!

Hay un momento de la tarde donde la marea humana en las calles es estresante: todo el mundo parece una serpiente enorme cruzando la calle y bordeando los coches. No puedo ni cruzar mi propia acera para llegar a la parada del bus!! Ésto si que es claustrofobia!!

La lluvia nos invita a volver a casa pronto. Estamos reventados y aún nos queda el curry y otra salida a la noche que yo decido no haré porque sé que mi cuerpo no la aguantará.
Una vez en el barrio me atrevo a guiarles a casa en la oscuridad bajo la lluvia y, mientras me siguen desconfiados, les acabo llevando al pub de nuevo y a casa. ¡Ésto no lo hago ni en Barcelona!

Decidimos que mejor quedarnos en casita y disfrutar del curry en condiciones, sin prisas...yo me alegro.

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Africa | 26 enero 2005 |  


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