sábado, 24 de marzo de 2007

Las etapas de la vida (Paulo Coelho)

Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida.


Si insistes en permanecer en ella,
más allá del tiempo necesario,
pierdes la alegría y el sentido del resto.
Cerrando círculos, o cerrando puertas,
o cerrando capítulos.
Como quiera llamarlo,
lo importante es poder cerrarlos,
dejar ir momentos de la vida que se van clausurando.
¿Terminó con su trabajo?,
¿Se acabó la relación?,
¿Ya no vive más en esa casa?,
¿Debe irse de viaje?,
¿La amistad se acabó?
Puede pasarse mucho tiempo de su presente
"revolcándose" en los porqués,
en devolver el casette
y tratar de entender por qué sucedió tal o cual hecho.
El desgaste va a ser infinito porque en la vida,
usted, yo, su amigo, sus hijos, sus hermanas,
todos y todas estamos abocados a ir cerrando capítulos,
a pasar la hoja, a terminar con etapas,
o con momentos de la Vida y seguir adelante.
No podemos estar en el presente añorando el pasado.
Ni siquiera preguntándonos por qué.
Lo que sucedió, sucedió, y hay que soltar, hay que desprenderse.
No podemos ser niños eternos,
ni adolescentes tardíos,
ni empleados de empresas inexistentes,
ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros.
¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir!
Por eso a veces es tan importante
destruir recuerdos, regalar presentes,
cambiar de casa, documentos por tirar,
libros por vender o regalar.
Los cambios externos pueden simbolizar
procesos interiores de superación.
Dejar ir, soltar, desprenderse.
En la vida nadie juega con las cartas marcadas,
y hay que aprender a perder y a ganar.
Hay que dejar ir, hay que pasar la hoja,
hay que vivir con sólo lo que tenemos en el presente!.
El pasado ya pasó.
No esperen que le devuelvan,
no espere que le reconozcan,
no espere que alguna vez
se den cuenta de quién es usted.
Suelte el resentimiento,
el prender "su televisor personal"
para darle y darle al asunto,
lo único que consigue es dañarlo mentalmente,
envenenarlo, amargarlo.
La vida está para adelante, nunca para atrás.
Porque si usted anda por la vida
dejando "puertas abiertas", por si acaso,
nunca podrá desprenderse ni vivir lo de hoy con satisfacción.
Noviazgos o amistades que no clausuran,
posibilidades de "regresar" (a qué?),
necesidad de aclaraciones,
palabras que no se dijeron,
silencios que lo invadieron.
¡Si puede enfrentarlos ya y ahora, hágalo!,
si no, déjelo ir, cierre capítulos.
Dígase a usted mismo que no,
que no vuelve.
Pero no por orgullo ni soberbia,
sino porque usted ya no encaja allí,
en ese lugar, en ese corazón,
en esa habitación, en esa casa,
en ese escritorio, en ese oficio.
Usted ya no es el mismo que se fue,
hace dos días, hace tres meses,
hace un año, por lo tanto,
no hay nada a que volver.
Cierre la puerta,
pase la hoja,
cierre el círculo.
Ni usted será el mismo,
ni el entorno al que regresa será igual,
porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático.
Es salud mental,
amor por usted mismo
desprender lo que ya no está en su vida.
Recuerde que nada ni nadie es indispensable.
Ni una persona, ni un lugar,
ni un trabajo, nada es vital para vivir
porque: cuando usted vino a este mundo
'llegó' sin ese adhesivo, por lo tanto
es "costumbre" vivir pegado a él,
y es un trabajo personal aprender a vivir sin él,
sin el adhesivo humano o físico
que hoy le duele dejar ir.
Es un proceso de aprender a desprenderse y,
humanamente se puede lograr porque,
le repito,
¡nada ni nadie nos es indispensable!
Sólo es costumbre, apego, necesidad.
Pero .... cierre, clausure,
limpie, tire, oxigene,
despréndase, sacuda, suelte.
Hay tantas palabras
para significar salud mental
y cualquiera que sea la que escoja,
le ayudará definitivamente
a seguir para adelante con tranquilidad.

¡Esa es la vida!


lunes, 19 de marzo de 2007

Sin palabras (by Gioconda Belli)

Yo inventé un árbol grande,
más grande que un hombre,
más grande que una última esperanza.
Me quedé con él años y años
bajo su sombra
esperando que me hablara.
Le cantaba canciones,
lo abrazaba,
le rascaba su rugosa corteza
entretejida de helechos,
mi risa reventaba flores en sus ramas,
y a cada gesto mío le crecían hojas,
le brotaban frutas...
Era mío como nunca ha sido nada mío,
pero no me hablaba.
Yo vivía pendiente de sus ruidos,
oyendo su suave aleteo de mariposa,
su crujido de animal de la selva
y soñaba su voz como un hermoso canto,
pero no me hablaba.
Noches enteras lloré a sus pies,
apretujada entre sus raíces,
sintiendo sus brazos sobre mí,
viéndolo erguido sobre mí,
sabiendo que me estaba pensando,
pero no me hablaba...
Aprendí a cantar como pájaro,
a encenderme como luciérnaga,
a relinchar como caballo.
A veces me enfurecía y hacía que se le cayeran
todas las hojas,
lo dejaba desnudo y avergonzado
ante los guanacastes,
esperando que-tal vez entendería por mal,
como algunos hombres,
pero nada.
Aprendí tantas cosas para poder hablarle,
me desnudé de tantas otras necesidades
que olvidé hasta cómo me llamaba,
olvidé de dónde venía,
olvidé a qué especie de animal pertenecía
y quedé muda y siempreverde
-esperanzada-
entre sus ramas...

lunes, 12 de marzo de 2007

London. The Brainstorming.

"-Londres es de la mano del que te la enseña-"le confesé a Francesc en algún minuto de las dos horas de retraso que el vuelo Gatwick-Barcelona llevaba. Aún no había procesado ni el fin de semana ni la charla que tuvimos viernes de madrugada, al hacerme un favor quedándose a mi lado en uno de los sofás en Fabric. Cuando la gente ha perdido brillo para mí, ya no me importa decir las cosas, las que siento, y entonces dejo que piensen que me importan más de lo que lo hacen.

La misma patética "smoking area" del año pasado, al menos leyendo mi flamante ejemplar de "Q" y "Uncut", en los que ambos hablan de Air y Arcade Fire. Me he comprado un muffin con arándanos en McDonalds, he aprovechado la oferta en libros de 3x2 en Whsmith, y he comprado otro en una librería enorme al lado de Trafalgar Square, donde me he pasado toda la hora y media libre que nos hemos dado en el grupo. Me encantan estas librerías. El único problema que tengo en elegir es la calidad de los libros y sus diseños de portada. Todos parecen o clásicos o muy divertidos y a mí me gusta guiarme por ese letrero de "The Nation's Favourite". En fin, justo cuando decido abandonar la tienda, uno me llama la atención y también cae, en Camden, en plena calle y tirada de precio; he comprado una camiseta divertida con personajes de la película "The nightmare before Christmas" de Tim Burton, aquí es signo de culto. Todo lo relacionado con esta peli se transforma en camisetas, gorras, chaquetas y chapas. Traigo pastillas de menta muy fuertes, un paquete de Mint Imperials que me encantan, un paquete de salsichas y queso, mature cheddar, mi favorito. He bebido muchos de esos juices con sabor a frutos del bosque, he comido paestry y pies, y he vuelto a quemarme la lengua con los capuccinos, jacked potatoes cocinados por Curtis y cheese on toast mientras los demás devoraban el "traditional English breakfast".


También me he mosqueado y discutido con la estúpida del "Check in" al obligarme a facturar la bolsa. Cuando le digo que en Barcelona no tuve problemas tengo que escuchar un "-Bien, es obvio que en Barcelona son algo icompetentes porque tenemos la misma ley sobre esto". La madre que los parió. En cambio, aquí te regalan las bolsas para los líquidos. En el Prat hay que comprarlas en el kiosco. Controles con personal histérico y una bolsa enorme de basura semi gritando "No liquids from this point" y registrándote por tu bien, para que en el temido control no te echen para atrás. Los ingleses con su colas al revés y la infinita paciencia para con ellas. Todo esto para luego encontrarte, a modo de "Pero que tonto eres", una señal enorme que te permiten comprar todo tipo de líquidos y envases justo cuando entras en el universo del duty- free.

Me he enamorado como mil veces, quizás dos mil. Los guapos aquí son muy guapos, siempre son los raciales o mayores, aquí me resultan atractivos los maduritos interesantes también, con aire a lo Peter O'Toole, no les encuentro tan snobs como en Barcelona. Me dejo ir y me veo al lado del punk que hace enormes pompas de jabón en la calle o llevando ese elegante abrigo negro y tacones, siendo tan alta y oliendo tan bien como la mujer de la pareja que tenía delante en el metro sábado noche.

Con mis aires de princesita despistada, he pretendido viajar en primera clase en casi todos los transportes que lo tenían. Ya no me acordaba que aquí esto de la "upper class" es muy serio. En cambio, he notado como mi voz sonaba dulce en inglés, sin darme cuenta, le pongo a mi inglés ese acento tan "cute" de ellas. Hasta la más hortera y garrula suena dulce para mí hablando. Me divierte, sobretodo diciendo el "sorry". Creo que es la primera palabra que debería aprenderse todo el mundo antes de hablar inglés. Puedes dar un pisotón del copón a alguien y disculparte con ese dulce "sorry" para que te perdonen la vida. Supongo que aquí diríamos un "Joder que daño".

He mirado mucho el cielo inglés, azul todo el día. La noche que llegamos era preciosa, plagada de estrellas. De tanto mirarlas casi me atropellan: "-Al revés, aquí todo al revés-"me recuerdo en silencio mientras gano la apuesta de llevarles andando a todos a casa. Creo que el despiste que llevaba era precisamente por eso, volvía a sentirme en casa. No íba de turista, no tenía ese "feeling".

No he recargado ni el Ipod ni la cámara en días; señal de que no he estado incomunicada y he cuidado las fotos que he hecho, no por la calidad (que suele ser nefasta) ni el lugar, sino por el momento. Pero mis ojos están tristes en muchas fotos, yo lo sé, al igual que están radiantes con la família.

Así que Londres es del que te la enseña pero también lo es de los ojos con los que la miras.

Procesemos pues...










* Mi vista desde la cafetería del Tate, sobre las nueve de la noche. He quedado con G que diremos que nuestros contornos en la foto, sobre Sant Paul's Cathedral son en realidad una especie de aura que la rodeaba. Me quedo con la foto a pesar de la calidad porque ese fue un gran momento.

jueves, 8 de marzo de 2007

R U Ready??

Creo que si hubiera escrito este post a una semana vista hubiera dicho: no quiero ir, y la lista hubiera sido contundente. Justo empiezo a salir del bache otra vez y voy a volver a excederme en lo que a relaciones se refiere. Si lo hubiera escrito a principios de semana, hubiera dicho que me quedo con la madre de G, que no salgo, que la pongo al día y paseo con ella por su barrio o que aprendo a cocinar ese pollo sureño que nos gusta tanto a todos. Ahora lo escribo con ganas, me lo merezco, semana sola en el curro, muchas horas extras, excursiones de peques y lo cansada que salgo de este último bajón.
Bien, creo que la bolsa no llega a los siete kilos ni de lejos. Necesito espacio para el par de revistas que me compraré allí y un anillo, ese va a ser mi capricho este año, y si puede ser de Candem Market mejor que mejor, uno que me llame la atención. Mierda de normativa de líquidos; sacrifico un montón de potingues, sólo rezo para que no haya mucha humedad y no me convierta en Diana Ross o el batería de Queen porque me he pegado un chute de glamour, sencillo, pero voy un poco vengativa este finde, de buen rollito, pero unas cuantas puñaladas sí que pienso clavar siendo encantadora (si me molestan). Mi compañía va a resultarles muy fácil, no quiero nada parecido a Almería.
Y como la bolsa tiene que pesar tan poco, decido que me dejo el mal rollito, mis encías y mi cansancio.
Mañana a estas horas estaré en suelo londinense. Probablemente bailando ya en fabric. Propongo pasármelo muy bien y volver a afianzar mi amistad con G. Tengo que aceptarle como es y sobretodo no hacer de madre con él. Me prometió que se cuidaría y hasta ahora no lo ha hecho, a ver si me lo demuestra durante el finde. Mis otros dos compañeros de viaje no van a saber nada de mí. Que bien volveré si consigo poner a todo el mundo en su sitio. A ver si ligo ;-)

lunes, 5 de marzo de 2007

Suéltalo

El lugar donde practico la danza los lunes está a canción y media de casa. Me gusta medir distancias con la música, porque la elijo según el sitio donde vaya o la distancia de este. La de esta noche ha sido la primera que he encontrado de Corinne Bailey Rae; algo triste lo sé, pero adoro su voz y sigo necesitando que me acaricien. Dejo bolso, dinero y toda mi vida en casa, junto con el bolso y sólo llevo una bolsa con la ropa para bailar. No hay móviles, no quiero que nada ni nadie estropee mi paseo hasta la clase. Pretendía ir de semiprimavera pero en el minuto dos de la canción he tenido que abrigarme más. Al meter la mano izquierda en el bolsillo me he topado con el montón de kleenex usados que descansan dentro. Se me ha olvidado tirarlos. Aún están húmedos. Bueno, que sigan ahí, para ir recordándome que no me gusta verme así, que me hago mucho daño.
A veces me cuesta meterme en el baile, porque necesito sentirlo. Otras, sé que lo estoy haciendo bien, porque no soy yo, es mi cuerpo el que se mueve y me gusta ser capaz de moverme así, de sentirme una serpiente, de que mis manos se separen tan delicadamente de mí y vuelvan, de ser capaz de estar dibujando infinitos, círculos y marcando acentos con varias partes de mi cuerpo. 
Hoy le he pedido que no pasara esa canción, que me gustaba mucho y dos más han coincidido conmigo. Por primera vez bailo cantando la canción bajito, aunque me la invento porque está en árabe pero bueno, le añade gracia al baile. Ha sido uno de esos días. Hacía semanas que no bailaba descalza, pensaba que giraba mejor pero hoy necesitaba sentir el suelo y, como vengo haciendo cada lunes desde que descubrí esta maravillosa danza, me doy carta blanca y me vuelco en lo único que me recompensa al mismo nivel que le entrego. 

Hoy ha debido ser mucho porque he sido la única que ha conseguido aguantar un péndulo de tres pasos sin dejar de hacer un shimmy de cadera. No sé cómo, he conectado con la profesora y a la segunda vez que ha dicho -"Suelto, suelto"- le he pillado el paso. En realidad, me resulta fácil desplazar el ritmo hacía arriba y hacia abajo, no por algo "practicaba" break dance con 14 años y mi peli favorita era precisamente ésa; Break dance. Pero volvamos a mi bochornoso momento estelar cuando la profesora ha empezado a guiñarme el ojo y sonreírme, Ana, otra de las buenas me ha señalado. Hay que decir que en la clase es un momento importante cuando una tiene un paso, y es porque le ponemos ganas. Así que aún pasando vergüenza lo he disfrutado. Ya que es mi cuerpo el que últimamente se comunica conmigo, sé que le hace bien el que yo pueda vibrar con el baile. 
Al acabar la clase, Quima, la profesora me ha soltado un abrazo. Sé que ha sabido ver mi entrega. Me ha besado y le he dado las gracias pero mis ojos se han llenado de lágrimas-"Hoy ha sido terapeútico y lo necesitaba. Tenía que sacar muchos sentimientos. "-le digo. Y como sé que me sigue, también le digo que yo adoro la música y que la danza también ha hecho que descubra un universo musical, el cual me tiene completamente abducida. Ella me dice que la descubrió en un tiempo en el que sentía muy sola y la hizo compañera de viaje, hasta el punto de repetírselo muchas veces..."ya no estás sola, tienes la danza para expresarte". Yo dejo que la lágrima acabe por resbalar. 

Su forma de ser es espectacular para la danza y así se lo hago saber.  "-Siempre hay que sonreír bailando, para que parezca fácil, aunque nos esté doliendo-". Hay que mantener esa media sonrisa diciendo jódete, que a mí no me duele, para que la otra no desfallezca e intente superarse. ¿Quién ha vísto acto más solidario entre el género femenino?
La nota de humor se la dejamos a Rosa, la cual nos ha enseñado el culo y sus fantásticas bragas de cuello alto blancas durante toda la clase, al haberse olvidado las mallas y no notar como el pañuelo se le iba resbalando con cada movimiento.
Desde aquí, mil gracias