miércoles, 14 de febrero de 2007

I against I

59 kilos son los que ha marcado la báscula del veterinario. Eso es lo que pesan mis dos peques y la perra juntos. Ella irá por los veintilargos, él por los veintipocos, así que la diferencia es de la perra. "Ahora está a dieta severa"-le digo a la veterinaria, la cual me habla de los problemas que puede tener. Para mí simplemente está gorda y roza la bulimia. No hay plástico en mi casa que suene que ella no piense que es comida.
"- Bueno, ahora la coges así y yo le quito los puntos-". Y ahí la tengo, como si fuera una marioneta, pequeñita y gorda. Pobrecilla, tan buena y tan cortita. Mientras, los peques intentan que sonría. Aunque no me apetece, le pregunto por el bulto. "Bueno, por la forma, el color y el tamaño y la manera en que ha crecido no sabría decirte que tánto por ciento de células eran buenas o eran malas, pero sí que tenía toda la pinta de ser maligno.-" Joder-pienso-No es precisamente lo que quiero escuchar cuando yo acabo de descubrir que también tengo uno. Eso de que ya no creo en las señales también tengo que aplicarlo en temas como éstos. Me estoy planteando dejar de ver Dr. House por un tiempo, no necesito saber de nuevas enfermedades, lo que me faltaba.
Peroo...es San Valentín y casi nunca lo he celebrado. Hoy sí, los peques me han dibujado un Feliz San Balentín con muchos corazones y les he pedido un beso a mis chicos favoritos en el trabajo. El metrosexual me ha dicho al oído que lo que necesitaba era un masaje relajante. Me río mucho con él, todo lo que tiene de guapo lo tiene de infantil. Es el blanco perfecto para el libre coqueteo, el más ¿"feo"? es el más morboso y de quien me río con él es de mi compañera, que se ruboriza por las cosas que ve. Qué tonta, el apretón que ella no ve es el que confirma que jugamos a lo mismo, que es a nada pero siempre me suelta lo mismo cuando se va: "-Te está tirando los trastos, ten cuidado"- .
Más regalos de San Balentín; el libro de Almudena Grandes recién salido del horno y lo que haga de aquí hasta las doce, hora en la que le toca la famosa Apiretal al peque.