jueves, 24 de mayo de 2007

Quieres un plan?

"-...y eso es lo que te ofrezco. ¿Qué te parece?- y no le digo nada más, ni para justificarme ni para aclarárselo más.

Entonces hay silencio. "-¿No dices nada?"-

"-Bueno, es un plan, no es lo que yo haría pero lo sugeriré-".

"-No, no me has entendido. Ésto es lo que ofrezco. Y quiero saber cuánta gente dormirá en mi casa sábado noche-."

"-Vale, éso lo podemos decidir durante esa misma noche-"

"-Nooo, no me voy a poner a preparar camas de madrugada y no tengo tantas sábanas. Les llamas esta noche y mañana me lo dices. No, no puedo entretenerla porque tengo que acompañar a una amiga por la mañana. Además, viene con una amiga, que se vayan arreglando y cuando estén las paso a buscar. Además, dónde me meto yo con dos adolescentes londinensas a las diez de la noche en esta ciudad? Que se tuneen a gusto que seguro que se lo pasan pipa. Además, ¿has llamado al resto? Ellos tienen mucho más tiempo que yo.-"

"-Bueno, ya les conoces. No puedes contar con ellos porque van a su bola. No, ni siquiera he pensado en ellos. Si aparecen, aparecen.-"

"- Tengo dos horas para comer y ¿sabes qué estoy haciendo? Comiendo un bocata y planchando. Además he hecho las camas y estoy preparando la cena porque esta tarde, en cuanto acabe, vengo a casa con amiguitas de la peque y otra madre a ensayar el baile de fin de curso durante dos horas. Estoy en la peor época del curro, intentando terminar algo para lo que no estoy concentrada. No son excusas pero estoy muy cansada.-"

"-Ok. A ver si mañana te puedo decir algo...-"

El inútil con el que cuelgo, es mi mejor amigo y está muy acostumbrado a que cuide de él. Se niega a crecer y le cuesta entender que si no cambia, se va a quedar muy solo. El grupo, su grupo ahora, hace mucho que no funciona. Esperaré hasta que pase el último de nuestros cumples el mes que viene para decirle que no entro más en los regalos, que voy por libre y sin presupuesto, paso de tirar dinero (además no puedo).

Hasta hace una semana estaba contenta con mi rutina, muy cuadrada, hasta dormía y comía. No sé qué ha fallado. Coincido con tres mujeres en que nos duelen mucho las piernas, con una sensación de cansancio. Las tres menstruamos, así que la regla viene muy frágil este mes. No tengo tiempo de llamar a amigas enfermas que no vienen al trabajo, ni recrearme en él a la salida porque en minutos estoy ensayando una canción de las Cheetah Girls con seis niños en mi casa. Por fin encontré un pienso que le gusta a la perra así que no tengo que cocinar para ella. No consigo levantarme ni un día a la que suena el despertador. Todavía no me he puesto brillo en las uñas, juré cuidarme más el pelo y hasta me compré una mascarilla pero tengo que ducharme tan tarde que paso de potingues casi. No sé ni cómo vestirme ni como vestir a los peques así que nos cambiamos mil veces, no me da tiempo al segundo café y salgo de mal humor. Me muero por practicar la danza ahora que tengo la coreografía escrita a mi manera, creo que ya tengo el camello pillado.

Recuerdo Londres. Allí se reían mucho de mí, porque quería ser organizada, porque no quería perder el avión, ni ver amanecer en un frío andén de estación, al aire libre y empezando a lloviznear, durante una hora. Aquí necesitan que sea así; organizando visitas de famílias que no son mías, montando horarios, actividades, encuentros. Ahí se quedan, yo tengo cosas que hacer.