Oficialmente, estoy en mi primer día de vacaciones.
Para no empezar a perder el ritmo, he procurado levantarme a la misma hora de
siempre y salir a la calle con los peques. De momento, no tengo muchos planes
sino cosas a resolver así que he pensado que debería ponerme en marcha cuanto
antes mejor.
Mi primera y última visita ha sido al banco, porque
no esperaba quedarme allí cerca de dos horas, además tan intensas: números,
números y más números, todos demasiado grandes para mí.
Últimamente, al ir paseando por la ciudad, sólo
hago que mirar los pisos nuevos, los viejos, los que se echan abajo y los que
se construyen. Me imagino en un sitio pequeñito, fácil de limpiar y que me
permita dormir plácidamente por las noches, sin angustia por las deudas y
dejándome llevar una vida agradable. Recuperar fotos y ponerlas a la vista; la
de los viajes, los amigos, los que ya no están, los peques haciendo de las
suyas, paisajes, mis cuadros (que pomposo queda, sólo son láminas y tapices
africanos), colores tierra, mis cositas de quemar incienso, mis búhos, mis
libros y mi música ordenados en esa manera tan típica mía así como mi sistema
de reciclar.
Volver a meterse en el mundo del Euribor y del IRPH
no era precisamente mi plan para estas vacaciones, pero en fin, me he
contagiado del espíritu de la contrucción que nos rodea.
Motime - DIY
25 July 2005