"- !Háblame, háblame por favor!-"
"-Lo siento, nunca lo hago mientras trabajo...¿preparada? no te muevas ahora...-"
Sólo tengo segundos para hacer una única cosa; pensar en qué voy a hacer esas dos horas o prepararme para empezar con algo que me acompañará por el resto de los días. Lleno de simbología para mí y en un momento muy decisivo: a las puertas de los temidos cuarenta, los cuales no quiero cumplir. Así que opto por mirar el papel de film que recubre la camilla en la que apoyo mis brazos y me dedico a pensar, no en si duele a ratos, sino en si me decido a aceptar dar clases de danza a un grupo de cinco chicas en el gimnasio de una escuela.
Los puntos positivos es que me dan lo que pido y son más del rollo hippy, algunas con complejos ocultos. Quizás vuelvo a recuperar esa magia y puedo sacar cosas otra vez con ella. Pasaremos frío unos meses y no sé si puedo conseguir un equipo potente de música. Tengo unos altavoces de 60w y se los podría conectar al Ipod. Antes ponía velas y quemaba incienso durante el calentamiento, conectaba mucho con mi interior y conseguía cosas realmente bellas. Ahora estoy más preocupada en saber qué secuencia planea hacer la profesora para no chocarme con el resto del grupo girando mal.
Éso me lleva a pensar en la última oferta de mi profesora; cuándo se ha enterado de que vuelvo a abandonar la danza me ha buscado al chat y me ha dicho cosas; unas increíbles, como la de que me quería a mí junto a 7 chicas más para acompañarla en un número de percusión en directo junto a un gran maestro egipcio. Otras que siempre hago igual, que cree que no quiero destacar, que no tengo por qué salir al festival, que no abandone y me hace la oferta; darme clases particulares, cuando quiera y como quiera, trabajar lo que me interese, me las deja baratas y yo voy a cobrar casi tres veces más (las puedo cubrir sin tocar economía y hago ejercicio que es lo que siempre me digo cuando me encuentro cansada).
Pero es que en la escuela todo gira en torno al festival ahora; los dos últimos mails que he recibido son para pedir dinero porque viajan a Egipto a traer los trajes, envían las canciones para ir conociéndolas y se quejan si no vamos a clase porque descuadramos la coreografía. Yo tengo que bailar con un doble velo cuando apenas domino uno: no giro bien, me mareo y el velo se luce girando. No practico, ensayo y me siento "out" muy "out". No sé qué hacer ¿qué habrá detrás de esa oferta? ¿por qué me muestra tanta cercanía ahora que no quiero ir y le digo las razones de verdad?
Sin embargo me ha dicho algo que me ha gustado escuchar: dice que no entiende por qué no puede retener a una alumna que sabe que le encanta la danza, que le hace pensar que ella no lo hace bien, que aburre quizás, que le causa mucha inseguridad y le baja la autoestima. También se sincera y me dice que tengo que trabajar brazos, manos y equilibrio ¡cómo no! Me ha gustado más lo que ha dicho después: que tengo la ritmología y la técnica perfecta.
Sinceramente, yo creo que lo mío es el folclore; bastones, percusión, ritmos populares... En el clásico finjo y claro, no es creíble. Creo que se puede transmitir mejor el desamor que el amor. Funciona mejor, llega más rápido a la fibra. ¿y Susana? ha abierto un centro de yoga y me propone en un añito dar clases allí, ahora quiere intercambiarlas con lo suyo, dice que podemos hacer media hora yoga y luego yo le enseño danza... Humm, no me gusta hacer negocios con las amigas.
Los puntos positivos es que me dan lo que pido y son más del rollo hippy, algunas con complejos ocultos. Quizás vuelvo a recuperar esa magia y puedo sacar cosas otra vez con ella. Pasaremos frío unos meses y no sé si puedo conseguir un equipo potente de música. Tengo unos altavoces de 60w y se los podría conectar al Ipod. Antes ponía velas y quemaba incienso durante el calentamiento, conectaba mucho con mi interior y conseguía cosas realmente bellas. Ahora estoy más preocupada en saber qué secuencia planea hacer la profesora para no chocarme con el resto del grupo girando mal.
Éso me lleva a pensar en la última oferta de mi profesora; cuándo se ha enterado de que vuelvo a abandonar la danza me ha buscado al chat y me ha dicho cosas; unas increíbles, como la de que me quería a mí junto a 7 chicas más para acompañarla en un número de percusión en directo junto a un gran maestro egipcio. Otras que siempre hago igual, que cree que no quiero destacar, que no tengo por qué salir al festival, que no abandone y me hace la oferta; darme clases particulares, cuando quiera y como quiera, trabajar lo que me interese, me las deja baratas y yo voy a cobrar casi tres veces más (las puedo cubrir sin tocar economía y hago ejercicio que es lo que siempre me digo cuando me encuentro cansada).
Pero es que en la escuela todo gira en torno al festival ahora; los dos últimos mails que he recibido son para pedir dinero porque viajan a Egipto a traer los trajes, envían las canciones para ir conociéndolas y se quejan si no vamos a clase porque descuadramos la coreografía. Yo tengo que bailar con un doble velo cuando apenas domino uno: no giro bien, me mareo y el velo se luce girando. No practico, ensayo y me siento "out" muy "out". No sé qué hacer ¿qué habrá detrás de esa oferta? ¿por qué me muestra tanta cercanía ahora que no quiero ir y le digo las razones de verdad?
Sin embargo me ha dicho algo que me ha gustado escuchar: dice que no entiende por qué no puede retener a una alumna que sabe que le encanta la danza, que le hace pensar que ella no lo hace bien, que aburre quizás, que le causa mucha inseguridad y le baja la autoestima. También se sincera y me dice que tengo que trabajar brazos, manos y equilibrio ¡cómo no! Me ha gustado más lo que ha dicho después: que tengo la ritmología y la técnica perfecta.
Sinceramente, yo creo que lo mío es el folclore; bastones, percusión, ritmos populares... En el clásico finjo y claro, no es creíble. Creo que se puede transmitir mejor el desamor que el amor. Funciona mejor, llega más rápido a la fibra. ¿y Susana? ha abierto un centro de yoga y me propone en un añito dar clases allí, ahora quiere intercambiarlas con lo suyo, dice que podemos hacer media hora yoga y luego yo le enseño danza... Humm, no me gusta hacer negocios con las amigas.
Buff!! Sólo ha pasado media hora y ya no sé qué más pensar así distraído. No puedo pensar en los peques porque lloro. No sé por qué pero ahora me pasa mucho: Les veo crecer y me apena. El otro día ella me dejaba helada en la revisión del pediatra porque ya quería saber cuándo se convertiría en mujer y ahora que hay un bebé en la familia y me preguntan cosas de bebés me hacen revivir una época que recibo con melancolía. Es raro, las chicas de mi edad se estrenan como madres ahora y yo ando buscando sus manos al cruzar las calles porque ellos ya se quieren soltar. Sé que todo ésto pasará pero ahora es duro. Con lo callejera que yo era y lo que me saltaba las normas y mírame ahora: somos las peores.
."- Cómo lo llevas? Lo aguantas?...-"
"- Bueno, sí...pero tampoco quiero confiarme mucho y la verdad es que estoy pensando en otras cosas...-"
"- Muy bien...pues vamos para Bingo entonces...-"
Veo una burbujita en el plástico y me dedico a jugar con ella. Ya son las seis. Ilusa de mí pensaba que a esa hora estaría fuera.
Y yo que pensaba tirarme la tarde hablando con este buen hombre, preguntándole cosas para ir relajándome y hacer de ésto una experiencia resulta que me encuentro sin música, sin nada que leer o mirar aparte de un trozo de papel film que me tiene más que aburrida ya.
Qué fea es esta sala. Casi no he mirado nada desde que he entrado. He venido con ésta cuatro veces y después de la tercera casi lo dejo. No captó lo que buscaba y me arrepentí. He venido hoy pero también he mirado los horarios del cine porque sino me convencía me iba al cine que está aquí al lado y ahora no sé cómo sentirme. Recuerdo las palabras de Raúl, mi primer novio que no amor: me llamaba "la niña pobrecilla". Lo hacía en torno de burla. Todas las cosas me afectaban según él; desde un perro abandonado al que le obligaba en llevarme en coche para llevarle comida hasta la pena que llegué a sentir por él por ser tan insulso y pelín prepotente. No me extraña que le dejara, le di una patada tal cual se la merecía pero ahora es diferente. A veces no controlo mi empatía...
Y yo que pensaba tirarme la tarde hablando con este buen hombre, preguntándole cosas para ir relajándome y hacer de ésto una experiencia resulta que me encuentro sin música, sin nada que leer o mirar aparte de un trozo de papel film que me tiene más que aburrida ya.
"- Bueno...pues a no ser que digas lo contrario....ésto ya está...¿Lo quieres ver? así que los coleccionas....-"
"-Desde los quince años....-"