lunes, 6 de noviembre de 2006

Damn U



Hoy salía tan cansada de trabajar que  las ganas de dar una vuelta por el centro se han esfumado pero no las de tomar un café. Ya hace frío y me apetece a todas horas. En el bar de las mañanas, así de paso le pagaba el de las ocho (me olvidé el dinero). Nadie en el bar, muy diferente al bullicio de las mañanas. Tito más charlatán, aunque le digo que no se canse, que no me entero de lo que me dice. Argentino con vocabulario ininteligible para el resto de los humanos y muy divertido. En la barra pequeña, una compañera mía, con su lingotazo de las seis. De mí nunca se esconde, y le tengo mucho cariño. No en vano me conoce desde los siete añitos y me inició en el mundo de la lectura. Me siento con ella y estoy tentada de cambiar el cortado por un carajillo de Bayleys, como en esas series, cuando los trabajadores se encuentran en el bar después de un día difícil de trabajo, alicaídos y con sonrisa triste. Paso una hora con ella. Tiene la misma edad que mi madre y a veces la trato igual. Sé que está nerviosa por un trabajo nuevo que se nos viene encima pero yo he decidido ayudarla en todo lo que pueda, no se lo he dicho pero creo que sabe que lo haré. No es sólo el trabajo, hay más como siempre, pero no hace falta entrar en detalles, nos entendemos bastante bien, cada una en su generación. Me habla de la independencia, de la necesidad que tiene muchas veces de aislarse y estar sola. Yo le digo que me he vuelto muy exigente y que mis mejores momentos siguen siendo cuando veo dormir a mis peques, que a veces me meto entre ellos aún sabiendo que no dormiré nada esa noche, sólo para sentirles. "-Bueno, eso y un buen orgasmo claro"-le digo bajando la voz no sea que al argentino le de por hacer uno de sus chistes machistas. Dejamos el bar riendo, me he reprimido darle un abrazo y un par de besos.

Procesar, procesar...pues no puedo. Su llamada me ha inspirado rabia, y ya sabemos lo poco que me gusta, así que me voy a bailar la danza oriental, ya domino el maldito péndulo, de hecho, no hay manera de que no me salga cuando bailo. Ahora practico eso de separar las partes de tu cuerpo, lo de mover sólo una y añadir el resto poco a poco ¡qué casualidad! como hago en el día a día; cabeza, tronco (por donde también cae el corazón, pelvis y piernas). Ha sido la mejor elección del otoño, bueno, eso, unos manolos negros que me he comprado tiradísimos de precio y un buen orgasmo claro!! 


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