lunes, 14 de septiembre de 2009

Rhythm is a dancer

Después de volver a coger y dejar la bolsa de danza unas cuatro veces; la quinta y la sexta ya han sido una, para venir del trabajo a casa, otra, para volver a aterrizar en el suelo de la habitación. Excusa física: estoy ovulando. No puedo estar dos horas seguidas bailando y dando vueltas. Dos horas, dos niveles, durante un trimestre, como siempre para ver cómo me siento y de paso, probar de puntillas dar un paso más porque todo sigue viniendo de cara en éste tema. Es sólo que yo aún sigo sin atreverme a mirarla de frente. Una noche de junio, al acabar la clase, la profe nos habló del nuevo curso. Cuando sólo quedábamos Bego y yo nos dijo que nos quería en el taller de coreografía que pensaba organizar. Dijo que la idea era sacar de ahí su compañía de danza en un futuro no muy lejano. Que ella era profesional y que todas las bailarinas profesionales tenían uno. A Bego le dijo que lo suyo era el clásico, que seguro que lo bordaba, a mí en cambio me otorgó el folclórico, más rollo popular y del pueblo. Bego es muy elegante bailando, pequeñita y precisa, a mí me cuesta ser dulce sin ponerme traviesa y adoro la percusión, pero de ahí a los bastones y panderetas...
Pasé unos días pensando, soñando despierta: me veía bailando coreografías preciosas y muy coordinadas con un precioso traje color burdeos (mi favorito para la decoración). Todo me salía bien y  aguantaba las lágrimas cuando acababa el baile. Me ví haciendo bolos, siempre a la sombra de la estrella por supuesto, pero brillando para mí, por todo lo que la danza ha traído a mi vida.
Sin embargo, antes de marchar, pregunté más acerca del tema; en qué me comprometía, el tema económico; si se iba a convertir en un trabajo por ejemplo ¿cobraríamos? ¿y los trajes? ¿a cargo de quién corría su confección?. También le pregunté si me veía y por qué había pensado en mí. Dijo que no todo el mundo estaría en ese grupo porque iba a ser muy exigente con las coreografías, que necesitaba gente con sentido del ritmo, que había muchas que estaban locas por la danza pero no servían. Me íba muy bien el horario y sentía curiosidad por el tema así que lo probé, lo estoy probando; el trimestre no acaba hasta noviembre así que tengo que/debería acudir a las clases de manera más regular, para seguir aprendiendo (me digo), para perfeccionar la expresión, seguir teniendo la cabeza tan sólo delante del espejo durante la clase, hablar de danza....en fin, todas esas pequeñas cosas que éste mundo siempre me ha dado.
Éste curso hago dos clases; en la primera aprendo técnica, cosas difíciles como el ocho cortado; es un golpe de cadera muy seco y espectacular de ver. No va de arriba a abajo sino de arriba al lado. Es difícil, sobretodo el lado izquierdo. A la clase acuden miembros de un grupo de danza oriental amateur muy activo. Tienen un blog y no se pierden ningún sarao. Creo que rondan mi edad y alguna la supera. Tienen soltura delante del público y memorizan rápido las secuencias pero para mí no tienen ritmo. Lo veo cuando la profe hace que nos sentemos y salgamos en grupos; veo como cuadran los pasos sin ir acompasadas por la melodía. Siempre he dicho que para que ésta música te guste tiene que ir acompañada de una buena interpretación, sino, toda te suena a la música que sale de los coches conducidos por marroquíes en el barrio. La segunda es la de coreografía; allí nos juntamos chicas de todos los niveles y estilos: las de tribal, alguna profe y nivel principiante. El primer día, al estar frente al espejo, nos miré; todas teníamos el pelo largo, éramos delgadas y quien más quien menos resultona. No éramos un grupo de baile, parecíamos un harén. "- Éste curso que nadie se corte el pelo-" nos dice la profe. Desde entonces, he ído a bailar siempre con una cola bien alta y no me he preocupado de quitarme el anillo o cambiarme los pendientes porque no pegan. Un día éramos tantas que no nos podíamos mover. Hacíamos secuencia nueva, con velo. La chica de atrás dijo que me copiaría a mí porque no veía a la profe. Al desplegar el velo nadie vio a nadie, yo no pude acabar mis tres vueltas sin chocarme con la pared y la pelmaza de mi lado no paraba de enrollar su velo con el mío dándome molestos golpecitos cada vez que girábamos. No le importó ni una sola vez no poder bailar a gusto. Yo sé que los brazos los colocaba al revés en un paso pero como ni la profe me veía no los cambiaba. Somos muchas y tenemos que bailar por turnos, así que cuando me siento las vuelvo a mirar y lo siento si sueno pedante pero, aparte de Bego y la profe no veo a nadie con ritmo. Siguen monísimas delante del espejo, super arregladas y felices de verse tan bonitas pero nadie se preocupa del ritmo, ni la profe creo. No he vísto el grupo que mencionó en junio; aquel de la exigencia y al que no dejaría entrar a cualquiera. Cuando tenemos que hacer algún movimiento pélvico brusco siempre salen las mismas bromas."-Hay que follar más chicas!!-" . Yo siempre pienso "-Mierda, calláos ya!!-". Como hago dos horas seguidas no estiro en la primera, así que salgo a la terraza con las demás. La semana pasada intenté hacer vida social allí: "- No sé tía, ya sé que llevamos poco, como cuatro meses pero el otro día me dijo que quería más espacio ¿tú qué harías? ¿Paso de él?-" Yo pienso..."-Jodeeer, ¿te explico mi vida en lo que a relaciones se refiere? No mil, dos mil vueltas te pego en hombres y relaciones-" . Circula por la escuela que es muy enamoradiza pero yo creo que vende sexo fácil y rápido. Lo dice su vestuario y su color de labios. ¿Y la danza? ¿a alguien le ha gustado el paso? pero se habla de la operación bikini del año que viene, como nos machacan tanto vamos a estar divinas en verano. Ese día tampoco hice estiramientos en la segunda clase y el cuerpo me dolió unos tres o cuatro días.
No soy pedante. No soy ninguna maravilla en la música pero sí que me jacto de saber lo que es el ritmo. Lo sé porque lo he mamado desde que tengo uso de razón, de manera espontánea. Jugaba a atravesar el dial y ver cuántas canciones de las que íban sonando conocía. Porque lo primero que hice al juntar algo de dinero con 16 años fue comprarme el mayor diccionario de Inglés que encontré (y aún conservo) para traducir las canciones de Madonna, Prince y Fleetwood Mac al español. A ésa edad también, siempre me hacía amiga o bien del dueño o del Dj de la discoteca y todo era para tener prioridad al pedir canciones. Hasta estrené mi copia de Like a Prayer de Madonna en una de ellas. Me subí al escenario mientras le daba las gracias al Dj. Amo la música, así que por narices sé algo del sentido del ritmo  y allí no lo veo. No voy a ser más crítica pero veo otras cosas. Alguna me cae mejor pero no congenio con nadie y la verdad es que me siento bastante sola. Al principio me enfadaba con el chico que me ronda por querer venir a buscarme. Quería volver tarde y sola en autobús para no tener que ponerme a hablar de cenas y cosas de pareja cuando la danza aún flotaba en mi cabeza pero no coincido con Bego este año así que la vuelta sólo era escuchando música.
Bien, llegados hasta este punto creo que decido que:
- No voy a ser bailarina. Sigo haciendo la danza para mí. No voy a presentarme a festivales ni voy a gastarme 120 euros en un traje que sólo voy a usar durante tres minutos mientras bailo, por mucho que expliquen que si guardas 10 euros al mes luego no te supone tanto gasto.
- Me doy cuenta de lo canalizado que tenía el amor con todas sus carencias a través de la danza y darme cuenta de ello hace que asomen lágrimas porque me veo fuerte, porque cuando pongo ganas, fuerza y voluntad llego lejos. Sigo sin querer bailar en público pero ha salido la oportunidad de trabajar, ya sea dando clases o acompañando a artistas de verdad. Desde mi punto de vista he llegado muy lejos. No sé, quizás la danza haya sido una ramificación más de la música o quizás se esté cerrando una etapa y ahora me toque vivirla de otra manera. Quizás no sea la danza lo único que se cierra, quizás sea el duelo, pero si hago caso del último consejo de la amiga/jefa, debería seguir lo que dicte mi corazón y éste me dice que disfrute del otoño rodeada de calor si es éso lo que ahora me apetece.
- Ah! También pienso cortarme el pelo.
Sigamos buscando respuestas...




domingo, 8 de febrero de 2009

De cuántos huevos te gusta la tortilla?

Un día de esos normalitos, donde luce el sol y el frío es el justo para que dejes un rato abierta la ventana sin que toda la barrita de incienso se esfume en segundos por la ventana. Estás duchada y peinada, con la cara relajada. Te recoges el pelo en una cola, te colocas un par de tejanos y una camiseta vieja, de algún concierto. A los peques les han recogido sus abuelos, los cuales practican qué es eso de estar jubilados, para ir a dar una larga vuelta. Parece que a ninguno le importa si tú vas, así que decides quedarte, porque es tiempo regalado, con el que no contabas. Tiempo de calidad (crees).
El móvil está en silencio desde la noche pasada. Cuando te acercas a él, descubres un par de llamadas de un número fijo, desconocido. No haces nada, pero te quedas con esa curiosidad del "quién llama un par de veces un sábado al mediodía". Cuando te has olvidado del tema, vuelven a llamar, mismo número. A la segunda frase reconoces la voz, te está gastando una broma. La aceptas porque es divertida. -"Ya está aquí otra vez"- piensas mientras declinas la invitación para comer. Le dices que ya tienes la comida: espaghetti a la boloñesa...dulces. No le dices que es una receta de tu madre. Tampoco que era lo que íbas a comer con los peques. Pero él quiere verte y pide que le invites. Dice que traerá algo de beber y media docena de huevos poque también podéis hacer una tortilla. Cuelgas y vas a mirarte en el espejo del lavabo. Tu cara sigue siendo relajada y decides no maquillarte. Hace algo de frío, así que cierras la ventana y mueves la caja de incienso hacia el suelo. Antes de salir de la habitación, te pones la chaqueta negra, cremallera hasta el cuello.
Piensas en eso de que atraes lo que eres y sientes una extraña curiosidad por ver si es verdad.  Después piensas en Anna y su teoría de que cuando un hombre insiste en venir a visitarte es porque quiere abrazarte (piensa bien). Entonces llega...
Han pasado cuatro meses pero a él le sigues gustando, probablemente lo hayas hecho siempre, pero ya sabes la manera que tiene de demostrarlo. Trae cerveza y media docena de huevos pero para entonces ya sabes que no ha venido a comer: ¿a abrazarte entonces?
En minutos ya está hablando de lo mismo. No hay nada nuevo en la conversación. No filtras, no recibes nada, es más, hueles su pensamiento. Cree que lo está haciendo bien y que todo esto va a acabar en una escena de amor. Le hueles la seguridad de que esta es la definitiva porque coquetea y se luce. Se mueve y gesticula, algunas veces serio, otras picarón. Acaba una frase y provoca un primer contacto físico al poner su mano en tu hombro. La deja unos segundos, después la retira lentamente.
Tú le miras, hablas poco y también sobre lo mismo. Pero esta vez estás más apagada, así que le vas a decir más. Le miras y te sientas a su lado. Él tampoco te escucha, no filtra, no recibe nada. Así que no te entiende cuando le dices que te has cansado de escucharle.
Vuelve a llegarte su seguridad. Vuelve a explicarte algo y esta vez deja la mano en tu rodilla. No la quita y mirándote a los ojos, confiesa que se muere de ganas por besarte porque ni a besarte ha llegado. Para entonces, tu decepción se ha convertido en rabia y piensas que ha llegado el momento de, como siempre pasa en estas historias, cerrar la puerta y que ya no corra el aire*.
Le miras con la cabeza semiladeada, entornando los ojos mientras se perfila una sonrisa pícara en tu cara. No sabe que lo único que haces es pensar en lo que vas a hacer con él. Te pide un abrazo, quiere añadírselo al beso pero se queja porque no es un abrazo fuerte pero lo que no es es cálido. Un poco de saliva, un reseguir de uñas en la espalda, un cuello tenso y nada de olor ¿qué hace un felino con una presa tan fácil cuando no tiene hambre? jugar...
Díselo, dile que no tienes ni para empezar con él. Que no se ha enterado de nada y pregúntale si no se siente ridículo. Ridículo por no cabrearle porque lo que en realidad te tiene es dolida y muy cabreada por haber invadido tu espacio y tu tiempo regalado de esa manera; con tantas pretensiones y miedos. Le enseñas las uñas y se las clavas bien hondo. No ha dejado de provocarte desde que apareció. Tú llevas muchos meses tranquila y no estás dispuesta a que un cualquiera se relama por haberte tocado. Hazlo todo con humor...escuece menos.
Muy bien. Ahora calienta esos espaguetis, tira su cerveza y acaba de servirte la tuya. Saca los huevos de la caja y colócalos detrás del único que hay por gastar en la nevera. Ponlos detrás pero antes mira la fecha de caducidad de esos huevos no sea que también estén caducados.
Comes en silencio, tanto que hace que reflexiones sobre lo que acaba de pasar y el lado que han destapado en ti. Imaginas las caras de alivio de las amigas, las versiones que podrías dar de la historia, lo divertida o patética que puede llegar a ser según los ojos con que la mires, así que decides seguir guardando silencio también. A él, le pones la melodía del grupo llamado Z, los del "I want none of this" de Radiohead. Ya sé que es una lástima no tener recuerdos físicos para poder deshacerte de ellos pero es lo que hay chica. Al final me crees ¿no? ¿ves cómo este chico no te ha dado nada de nada? bueno sí: ¿sus huevos? :-)
Nota del traductor: Mención a los Cds Que Corra el Aire, los cuales la protagonista echa de menos, dato que nos hace entender el grado de taponamiento emocional en el que el personaje se encuentra en estos momentos...)





lunes, 2 de febrero de 2009

Fruta Fresca Vol. I

Cuando paso tiempo sin grabar algo me preocupo. Aunque la causa sean las obligaciones...por poco que sea, necesito siempre tener por el medio esa libretita blanca llena de tachones donde voy apuntando las canciones y su orden. No es la música en sí; es el rato que paso, el silencio que me rodea, las fumadas que me pego...el cortar y pegar....bajar volúmenes y subir otros...Cura y te provoca sentimientos. Tengo unas reglas también....procuro no repetir canciones, no mezclo el Inglés con el Español y no me hace gracia que viejo y nuevo coincidan. Sin embargo, hace unos meses, al escuchar un viejo Cd, cambié de opinión; no puedo hacerlos tan temáticos y tampoco está tan mal mezclar lo viejo con lo nuevo... Echo de menos los Cds "Que corra el aire" así que creo los de Fruta Fresca y, como siempre, no toca ahora...pero te hace bailar. Y claro que está cargadita de mensajes...

*Nota: Éste Cd viene provocado por Don Luís, de Cali, que me hizo sentir una elegante princesa dándome vueltas mientras soltaba y cogía mis manos, a Néstor, que me explicaba cómo podía distinguir una cumbia entre toda aquella música y cómo no? al frutero colombiano, que me demostró su paciencia enseñándome a bailar un ballenato en la pista a la par que nos conocíamos un poquito más.....La noche de los caballeros, así se va a llamar....


Nanai



Intro “Respiración
1. Chambao “Respira
2. Melendi “
Un violinista en el tejado
3. Huecco “
Rumbatón pa mi guerra
4. Bebe “
Ska de la tierra
5. Macaco “
Como el agua cale
6. Ari & Orishas “
Déjate llevar
7. El Barrio “
Enero
8. Amparanoia & Ari “
Juana Kalamidad
9. Ketama “
Agustito
10. Mala Rodríguez “
Nanai
11. Nubla “
Tigresa
12. Sabina “
Cerrado por derribo
13. La Shica “
Asesino
14. Bebe “
Como los olivos
15. Chambao “
Papeles mojados
16. La Shica “
Sol de mi sol
17. Facto Delafe “
El poder del mar
18. Bebe “
Siempre me quedará
Outro”
Respiración



sábado, 3 de enero de 2009

Just for a minute

El día de antes, mientras preparaba el papeleo del viaje de vuelta, me dí cuenta de que me había equivocado en la hora del vuelo, salía algo más tarde de lo que pensaba. No dije a nada en la casa y me alegré al imaginarme por fin con los peques en algún sitio donde pudiera pensar un poco a solas, aunque fuera en el aeropuerto. Les dije que se habían portado muy bien y que les compraría un par de revistas y un libro a ella con una portada super rosa. En las dos horas de viaje en coche, José hablaba conmigo: de su vida allí, de su rutina, de lo bueno del horario y de lo mucho que se querían, unas cuatro veces lo dijo y yo, que aún practicaba mi flema británica le sonreí, pero no le creí.
El día de fin de año, una media hora antes de que acabara, la gente se amontonaba en la cocina, llenando las copas de vino hasta arriba. Yo andaba organizando a los trece niños de la casa para que bailaran en cadena y cambiaran a la de cuatro. Mis amigos discutían en el piso de arriba, otra vez, acaloradamente por nada absolutamente, ¡ah sí!, por el estilo de música, José empezó "la noche" con pachanga, lo cual hizo que la única inglesa alegre allí y todos los pequeños bailaran. El resto se agolpaba en la esquina mirando, con camisas de marca y pose a lo Howards End. Mi amiga, a la que nada le estaba saliendo bien, nos decía de malos modos que cambiáramos a lo que gustaba a todos. Celtas Cortos dejaron de sonar y en su lugar apareció Bing Crosby, el cual abrió un interesantísimo debate sobre las películas como Polly Anne. Los peques se desperdigaron así que me quedé sin trabajo y mientras mis amigos discutían, en Howards End hacían bromas de si en el primer piso estarían bailando o tirándose los muebles a la cabeza. Sus amigos de la infancia se reían y a mí se me encogía el estómago...
Una tarde, en el coche, acabó una frase con una pregunta. No dije nada, así que la repitió. "-¿Me estás preguntando?-" le dije. Mi respuesta no le gustó y pasó dos horas intentando convencerme de lo contrario. Le dije que para hablar en condiciones, ella y yo tendríamos que escaparnos a una isla una semana sin nadie, que no iba a tocar esos temas mientras esquivábamos el famoso "black ice" de la carretera. Me recordó la botella de vino que había comprado para nosotras, para beberla delante del fuego. Le dije que se calmara; conducía demasiado rápido y todavía no se había dado cuenta de que no llevaba las luces puestas. No sé qué botella de las que había allí era la nuestra porque no abrimos ninguna. Se preocupó de tener siempre gente en casa así que todas las conversaciones pudieron volver a ser tranquilas, relajadas e instructivas. He aprendido mucho sobre vocabulario para admirar los "Christmas decorations" en las casas de los demás, ahora tengo caras nuevas para mostrar asombro cuando me explican las libras que se han ahorrado comprando algo, en Neighbours ha vuelto no sé quién después de no sé cuántos años y aprendo a pronunciar de manera perfecta la palabra "inappropiate". La oigo tantas veces y de tantas bocas que creo que ahora parezco nativa...
Me advierten sobre Steph, un chico de trece años que viene a cenar. Su madre por fin ha hecho público que cree que tiene algo en el cerebro. Todos llevan pensándolo años pero es ahora que lo confiesan. De todas maneras, su madre pasa un poco de él. Al parecer, no sabe controlarse, toca mucho y es cansino. También puede hacer daño a los pequeños porque es algo agresivo. Cuando Steph me conoce, me bombardea a preguntas sobre Barcelona y el fútbol. Nos caemos bien y nos hacemos fotos. Me abraza mucho y me enseña un saludo muy cool con las manos. La noche de fin de año, me serví el curry y me senté a su lado. Su madre me dijo que venía enfadado porque quería traer su camiseta del Barça en mi honor. Steph me pregunta si no quiero volver a tener un marido "-¿Para qué? Ya he tenido uno!-" Se ríe y me habla de Kate, una chica de quince años que le gusta. Al parecer, Kate está muy cansada de las relaciones y están en un "break", cuando salga de la crisis saldrá con él. Steph me pregunta por los peques, está algo contrariado porque el peque le toma el pelo descaradamente, a lo spanish supongo. Me dice que no le dejan jugar porque se porta mal, que tiene que estar "calm". Se levanta, se mira en el espejo y me dice si le ha quedado bien el pelo, si se lo ha engominado bien. Le digo que está guapísimo y que me haga un favor, que le toca vigilar por ser el mayor y que sea mi espía con los pequeños, si algo va mal que venga a decírmelo. Vuelve a abrazarme. "-I really like Steph-" le digo a su madre. Ella dice que soy su Ruth Lorenzo, la española que ganó el FactorX inglés. Me veo rodeada de inglesas de voz modulada admirando mi paciencia.
Una noche, mi peque me llamó en voz baja. Hizo que me acercara más y al oído me confesó que le gustaba Katie, la niña de su edad, que por qué no se lo decía por la mañana porque ninguno de los niños quería hacerlo y él quería decirle que la quería. Por la mañana me lo recordó y lo hice, pero le añadí un "In this family, we think that you are a very pretty, sweet girl". El peque se enfadó porque hablé en plural pero también se puso como un tomate. Katie sonrió, ¿cómo le explicas a un niño de siete años que sentir algo puede ser inappropiate en aquel lugar?
Una vez, haciéndome un café, Meryl apareció por allí y pidió otro para Paul, marido de Jeane, la cual no se movió. Me apeteció ser traviesa. Sabía que aquellas tazas ardían en el microondas, sobretodo el asa lo cual no era un problema, adoro las temperaturas altas. Serví el café, añadí la leche y se lo pasé a su mujercita para que se lo llevara."-Careful, cos it's hot...-" . No pudo acabar la frase porque se "quemó" y todas sus amigas la rodearon con grititos, lamentándo el dolor de Jane, la cual colocó el dedo debajo del agua lloriqueando confesando a sus amigas que le había dolido más porque se mordisqueaba la piel de esa zona. Esperé unos minutos mientras me unía al grupo diciendo un "-I'm sorry...I have this thing with my hands, I can handle really hot things and I don't feel how really hot it is." Después me puse la chaqueta y salí al "shed". La verdad es que por dentro disfrutaba la travesura.
"El shed" ha sido el lugar en el que he podido pensar un poco. El agua del cubo donde apagaba el cigarro no se descongeló ni un solo día de los que he estado allí, por mucho sol que le diera, como los de dentro. A veces, asomaba la cabeza y miraba al cielo. Sigo pensando que nunca he visto un cielo de noche como el de Gales, hay miles de estrellas y te sientes más cerca de ellas, tan limpio. Allí sentí que en estos seis años que ellos llevan lejos yo he cambiado mucho y que estoy contenta con lo que soy, como se suele decir, con todas mis virtudes y mis fallos. Que cambié mi vida justo en el momento en el que ésta empezaba a hacer aguas, para evitar todo lo que iba viendo en toda esa gente. Las middle aged crisis, la falta de respeto, la desilusión, las discusiones cada vez más "inappropiates" con sus relamidas y falsas reconciliaciones, la infelicidad al fin y al cabo."-He tardado cinco años en venir a visitaros y podría haber esperado un año más. Si me hubiérais dicho ésto no hubiera venido.-" pero él me dice que las Navidades son así de emocionales allí, pero que se quieren mucho...
Esta noche, al aterrizar, el peque no sabía pronunciar aeropuerto, se le mezclaba con el inglés. Contentos, no han parado de jugar y disfrutar. Sólo por éso, el cielo, respirar otro aire y mi cursillo de ama de casa perfecta ha valido la pena. Al llegar a casa, me he desvelado y he hecho todo lo contrario a lo que tenía preparado. Antes de borrarlos, he vuelto a releer los mails previos a mi visita, desde que ella empezó a mirar vuelos para mí, pasando por las ganas que tenía de verme y acabando por las dos botellas de vino que nos íbamos a beber delante del fuego una noche. Decía que todo estaba muy "Christmasy, frosty and lovely"....frosty, frosty...debería aprender a leer mejor entre líneas.

Frosty : Covered with or as if with frost.