viernes, 9 de diciembre de 2011

If it makes you happy...it can't be that bad...

Sira Quiroga es mi Malena 2. Disfruto tanto de la historia, me veo tan reflejada en ella que la traslado y a veces me la llevo conmigo. Aún ando leyendo "El tiempo entre costuras" de María Dueñas pero en realidad no quiero que se acabe. Es raro, me da como fuerza leerla, interpretar todo tipo de papeles para salir de según qué situaciones y construir una nueva vida en lo que a relaciones y hábitos se refiere es algo que me engancha. Así que muchas veces me convierto en ella; respiro hondo y actúo.
Se me da bastante bien. No bajo la guardia y ahora acepto que tener frialdad no es malo, que éso es lo que llaman desapego pero cuando pasa lo contrario y sientes, y te vuelves a sentir tú, todo vuelve a ser muy especial a tu alrededor.

Mientras buscaba una canción movida para practicar el paso punta, vi que Eva se dejaba caer en la pared. Como siempre que pasaba, todas se irían hacia ella, se volvería a romper el ritmo de la clase, perderíamos cinco minutos hablando y recolocándonos hasta el próximo crujido del pie de Eva, o su mareo, o su migraña, o su mal estómago por haber tomado leche a esas horas, o porque se le resbala el pañuelo y pide ayuda. No me importa. Es su manera de vivir la danza; hay mucho bloqueo ahí y mucha autoestima por los suelos. Encuentro una canción, desde el suelo les digo que haremos el paso punta en el sitio, hacia delante y hacia atrás antes de girar y que lo haremos añadiendo brazos. La primera vez es un desastre, la segunda lo pillan, la tercera lo disfrutan.

Eva me dice que deja los brazos en la segunda; que no puede. En la tercera vuelve a dejarse caer en la pared y mientras vuelvo al suelo a buscar otro ritmo para poder añadirle círculos, Eva rompe a llorar y me mira diciendo que no, que no puede, que no le sale. Otra vez sus amigas se acercan a consolarla y ésta vez me uno al grupo, quizás para hacerla llorar más pero no pasa nada, porque llorar así, de esa manera limpia.
Lo único que pretendo es hacerla reaccionar; una mujer culta, con un trabajo que le gusta, adora la lectura, el buen cine, la buena música, tiene estilo, sabe vestirse, viaja, está puesta al día en informática, con un puntillo freaky que la sitúa en cualquier época tira todo por la borda ¿por qué? ¿tres michelines que poblan su torso? y que uno encima tiene nombre simpático y vida propia según ella?. Le digo con dulzura que cada uno tiene que sacarle un uso a practicar esta danza; quizás acercarnos a la cultura árabe y escuchar las canciones que salen de los coches del barrio con otros oídos ahora que sabían algunos pasos o quizás deporte, para aprender a disociar las partes del cuerpo con movimientos que no estamos acostumbrados a realizar pero sobretodo aquello pretendían ser dos horas en las que se desconectara del exterior por estar concentradas, no en los michelines que tengo sino en que tengo que hacer cuatro pasos y que si estiro el brazo derecho y me concentro en cuándo tengo que cambiar, tampoco notaré que el pañuelo no me ata porque tengo barriga. Que ése es el fin de las clases; ocupar nuestra mente en algo diferente durante dos horas "inútiles"si quieres, pero altamente beneficiosas para nuestra persona, porque salir de allí y no acordarte por unos minutos del día en el que estás no tiene precio. Hay un punto y aparte en la semana. 

No se enfada y el llanto no va a más, le pido disculpas por ser tan sincera. La aprecio y así se lo hago saber. Ahora espero que no esté dolida o enfadada por lo que le he dicho pero no tenía otra forma de decirle la verdad.

Es bonito vivir la danza así, como la vivo ahora. Ver lo que provoca en alguna que otra mujer es algo que me fascina. Hay una parte nuestra que normalmente tenemos muy olvidada y creo que descubrirla o rechazarla siempre provoca algo en ti. Me rodeo cada semana de: profesoras, fisios, administrativas, enfermeras, estudiantes, mujeres con intereses, ingeniosas con palabras y no vulgares con palabrotas, son respetuosas y escuchan. Y como yo he decidido que esta última aventura iba a ser a mi manera me llena mucho, porque ninguna va allí a lucirse y podemos hablar de ritmos, de interpretar instrumentos, de añadirle imaginación. Les enseño a bailar. Les explico el momento exacto de cambiar pero para que puedan bailar no para les salga perfecto. No sé cómo me verán pero sí que veo que algo en ellas ha despertado; explican en qué situaciones han practicado, en los bailes que han hecho delante de amigos, empiezan a traer ropa diferente, empiezo a ver más barrigas al aire y al final de la clase empiezan a intercambiarse los teléfonos.

Ahora quedan media hora antes y meriendan juntas, a veces me uno pero procuro llegar sola al local, para cambiarme tranquila, preparar la música y bailar para entrar en calor. La jefa del local me explicó cómo fumarme un cigarillo allí y que no oliera así que a veces lo he hecho y siempre pienso lo mismo: "- Mira donde estás. Te van a pagar por enseñar a bailar, por ¡bailar! Con lo que te ha gustado siempre hacerlo.-" Es divertido. Te hace pensar en por qué te toca ahora disfrutarlo. Estoy aprendiendo mucho con ellas, creo que son ellas las que me están formando a mí como profe, me mantengo distante en lo que amistad se refiere pero son momentos muy agradables.

Asistí a un evento social de empresa. Leí en internet que aún sociales, éstos eventos tienen carácter casi obligatorio así que sin pensármelo mucho me apunté. Y tal y como hubiera hecho Sira Quiroga, para la ocasión estrené un vestido de punto corto, color marrón, medias un par de tonos más claros y botas a juego con el color de la noche. Me he quedado sin mi perfume así que tuve que rebuscar en las muestras que te dan en las tiendas, con pánico de equivocarte y estar apestando toda la noche. Al final opté por Bulgari y me aseguré bien de que ponía "For women only" porque creo que no es la primera vez que he salido a la calle oliendo a hombre, colonialmente hablando. No dejé de hablar con mi parte de la mesa durante toda la cena, fuí encantadora, atenta y siempre tenía una semisonrisa en la cara. Después del café me despedí, les lanzé un beso a todos, deseándoles que acabaran de disfrutar de la noche y me largué con Rosa de copas, para hablar a gusto y libremente. Cerramos todos los bares de la zona y casi se nos hace de día en el coche hablando.

Este fin de semana debería acabar de leer el libro pero no sé si seguir alargando esta extraña conexión.




6 comentarios:

  1. Me parece muy acertada tu actitud ante esa chica, Eva, dandole un punto de vista tan distinto del que tiene ella sobre la danza... y tu actitud con el resto en general también.

    A mi me pasa en mi empresa, no congenio con nadie, afortunadamente tampoco tengo que relacionarme demasiado con ellos... pero si que he aprendido a decir "no" con lo que me cuesta, a ser incluso seca de tan directa para defenderlo y sobretodo a asumir que no se puede llegar a todo el mundo igual. Ni falta que hace.

    A veces todavia me importa, pienso por qué tal o cual me tratan con frialdad, con borderia cuando yo trato a todo el mundo igual...pero generalmente cada vez menos y sobretodo, valoro a los que me valoran.

    Al resto, como dice una frase, que cojan numero y se sienten a esperar a que me importe ;))

    Un abrazo de sister grande, te veo en las uvas ;PP

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  2. Sí que es acertada, así lo siento pero no he vuelto a verla por clase y el taller de danza llega a su fin...no me importa, mientras llega una nueva aventura seguiremos aprendiendo...

    A mi también me incomoda no saber qué has hecho para que tal persona te mire como lo hace...pero también lo llevo bien..

    y no es que diga, cojan número y esperen...estoy en otro plano en el que ellos, sus vidas y sus emociones no me aportan/importan nada...un poco flipi vaya ;-)

    un abrazo sisterinthenai

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  3. Respuestas
    1. Como me gusta leer que ganas dinero con algo que te gusta tanto... estoy segura de que lo haces fenomenal. Me encantaría estar entre tus alumnas...
      Por otro lado... claro que molesta que alguien te trate como no te mereces...la injusticia apesta!!! y si es algo personal... pues que te voy a contar...

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    2. Vaya...sienta genial. Ahí se quedó esa aventura, a ver qué es lo próximo!

      Para el resto, no estoy hecha de ese molde, así me a va a veces...;-)

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