En Agosto pillé un vuelo baratito para ir a Londres, pensé que ya
era hora de aceptar la invitación para visitar a la madre de un buen amigo
a la que siempre llevo para arriba y para abajo cuando está por aquí. Por fin
llegó el día...y marché. La experiencia ha sido inolvidable, no sólo por todas
las experiencias vividas, también ha sido un bálsamo a título personal; he
conocido a mucha gente, me he desenvuelto bien, nos hemos organizado sin
problemas, decidiéndolo todo en nuestro pequeño grupo de tres.
Nada más llegar decidimos hacer un bote común para los gastos y al
ser la única chica (la que lleva el bolso) me tocó a mí cargar con el dinero,
con lo cual he sido más rápida que nunca con los cambios de las dichosas
libras...(¡Por fin ha servido de algo tener céntimos con el euro!). Primera
visita forzosa; un pub. Pensaba atreverme con las pintas de cerveza pero tenía
tanto frío que tuve que tragarme uno de esos líquidos marrones ardiendo que
ellos llaman café instantáneo..."Never mind", entré en calor que era
de lo que se trataba.
Llegada a casa y besos, abrazos...calor, mucho calor y volver a
estar en una casa inglesa: con su moqueta y sus grifos sin presión donde el
agua caliente te pilla de sorpresa y te quemas, sus saloncitos con ventanas
enormes que dan a la calle...y sus jardines traseros, con los que cada uno hace
lo que le da la gana....¡Qué bien! lo echaba de menos. He de reconocer que
aunque soy muy mediterránea también llevo un poco de Inglaterra conmigo, por
razones familiares forma parte de mi vida y poco a poco he ido adquiriendo lo
mejor (espero) de las dos culturas, lo mismo que mis peques...
La gente va llegando para saludarnos y explicarnos el plan de la
noche: Ministry Of Sound o Un sueño a punto de hacerse realidad: ¡Ir a la mejor
disco de Londres para bailar Hip Hop! Llevo muy poco equipaje pero algo de
arreglar me he traído, muy invernal y negro cómo no!! Nos preparamos para
salir, consultamos el bote y nos preguntamos si tendremos bastante...
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario