sábado, 27 de mayo de 2006

Donde dije digo, digo Diego




Aquí viene, quemado por el sol, tan socarrón como siempre. No le veo ningún morado del último partido y me dijo que se trajo unos cuantos. Me enseña uno: en la cintura, es grande y aún pinta heavy a pesar de que ya hace una semana de él. ¿Cómo puede ser tan bruto?

Hoy los dos llevamos la armadura; yo he cogido una ligera, sólo por si más tarde se levantaba algo de viento, llevo unos días trampeando con un dolor de garganta pero ahora no puedo permitirme el lujo de pillar uno.

Llevo crema para el sol y como tampoco discutimos donde ponérsela ni quien lo hace, lo hago yo y en eso, él no se resiste. Le ofrezco para la cara y así aprovecho para acariciársela, tampoco se niega. Bajo hasta su cuello y allí acabo de limpiarme las manos. Me gusta ese calor que desprende la piel quemada por el sol; es un calor diferente, ni la crema puede con él ni la armadura. Después, nos saludamos.

No esperaba encontrarme con el deseo. Al menos no tan pronto.



Motime - DIY
27 May 2006

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